Bajo la arena (2017)

                                      Campo de minas

                                        
Uno de los recientes trabajos que nos ha llegado del cine danés es este filme bélico dirigido por Martin Zandvliet que fue exhibido en 2015 en varios festivales y que este año ha optado al Óscar a la mejor película de habla no inglesa en la 89º edición de estos premios. La cinta está inspirada en hechos reales y cuenta la historia de los prisioneros de guerra alemanes que fueron enviados a buscar minas en la Dinamarca de posguerra tras la participación del país nórdico en la contienda durante la cual fue invadida y mantenida como protectorado nazi. Se estima que unos 2.000 soldados alemanes, incluyendo numerosos adolescentes, fueron obligados a retirar minas, con casi la mitad de ellos pereciendo o perdiendo sus miembros por culpa de las explosiones.

                                         
En los días que siguieron al fin de la segunda guerra mundial en Europa y a la liberación de Dinamarca después de la ocupación alemana en mayo de 1945, la derrotada fuerza de defensa evacua el país. Un sargento danés, Carl Leopold Rasmussen (Roland Moller), acosa furiosamente a dos soldados alemanes que tratan de llevarse una bandera danesa. Mientras, un grupo de jóvenes prisioneros de guerra alemanes son entregados al ejército real danés y posteriormente enviados al muro atlántico, donde son instruidos para retirar los más de dos millones de minas que los alemanes han colocado en la arena a lo largo de Varde, en la costa occidental de Dinamarca,que se dice que ha estado más fortificada que el resto de la Europa ocupada por los nazis.

                        
Alemania esperaba que la batalla de Normandia tuviese lugar cerca de sus posiciones. Con sus manos desnudas, removiendo la arena, los chicos fueron obligados a realizar el peligroso trabajo bajo el liderazgo de Rasmussen. Muchos de ellos son adolescentes reclutados por Hitler en los últimos días de la guerra, y están desesperadamente mal equipados para llevar a cabo su letal labor. Los capturados soldados alemanes son avisados por el capitán Ebbe (Mikkel Folsgaard) de que no esperen piedad por parte de los daneses, resentidos hacia sus antiguos invasores. Rasmussen comparte su desprecio y está determinado a tratar a los jóvenes soldados bajo su orden sin el mínimo signo de compasión.

                                                   
Algunos de los jóvenes prisioneros de guerra alemanes son arrojados desde camiones a la orilla del mar; muchos aún son adolescentes y se sienten confundidos y derrotados a causa de la guerra. Rasmussen los trata inicialmente de forma ruda y cruel, y la gente de los pueblos vecinos tratan a los chicos con semejante hostilidad. Tras marchar su escuadrón fuera de las dunas para buscar minas terrestres, Rasmussen promete que regresarán a casa en tres meses neutralizando seis minas cada hora. La tarea aparentemente interminable pronto comienza a parecer una carnicería, e incluso Rasmussen se siente contrariado consigo mismo hacia sus jóvenes al cargo.

Mientras, su líder, Sebastian Schumann (Louis Hofmann), trata de mantenerse optimista, y los chicos discuten sus planes para cuando regresen a su hogar. Wilhelm Hahn planea trabajar en la fábrica de su padre, mientras que Helmut Morbach (Joel Basman) insinúa cínicamente que dicha factoría ha sido destruida por la guerra. Los hermanos gemelos Ernst y Werner Lussner quieren convertirse en albañiles y hacer fortuna reconstruyendo las bombardeadas ciudades alemanas. Con el paso del tiempo, los prisioneros de guerra no reciben alimento por culpa de la falta de provisiones de la posguerra y varios de los chicos empiezan a sufrir malnutrición. Los brazos de Wilhelm acaban volando por los aires y este muere en un hospital de campaña.

Tras un intento desesperado de evitar la inanición robando comida de las casas cercanas, los chicos son envenenados por culpa de excrementos de rata y Rasmussen salva sus vidas obligándoles a que se purguen con agua del mar. Más tarde, comienza a tratar a los jóvenes con más delicadeza, sustrayendo alimentos de la base para ellos e informando que Wilhelm ha sobrevivido, todo ello para mantener la moral del grupo. También les permite que usen un dispositivo inventado por Sebastian para mejorar la productividad. Después de que Rasmussen detenga a un pelotón de soldados aliados que estaban defecando sobre uno de los muchachos, Ebbe le acusan de mostrarse completamente piadoso con los alemanes.

Más tarde, Werner es volado en pedazos tras encontrar una nueva clase de mina, mientras que Ernst, que se encuentra psicológicamente en estado de negación, es calmado por Rasmussen. Después de disputar un pequeño partido de fútbol, el perro vigilante de Rasmussen vuela por los aires en una zona supuestamente segura de la playa, haciendo que su amo se venga abajo y se muestre más abusivo con los chicos que antes, haciendo que marchen juntos por el lugar con la expectativa de que sean aniquilados por las minas sin marcar. Finalmente cede tras ver a Ernst salvar a una niña del campo de minas, para luego suicidarse vagando por toda la playa.

Se da cuenta de que estos chicos no tienen nada que ver con la ocupación alemana de Dinamarca durante los años de la guerra y por eso tranquiliza a Sebastian diciéndole que muy pronto regresarán a casa. Después de que una mina sea lanzada accidentalmente en un camión lleno de otras ya desactivadas, siete de los chicos que aún quedan son asesinados en la explosión, y sólo Sebastian, Ludwig, Helmut y Rodolf permanecen cuando la playa es despejada. Aunque se les ha prometido que serían enviados de vuelta a su hogar tras la desactivación de las minas, Ebbe informa a Rasmussen de que les han ordenado estos sean enviados a otra zona, donde deberán desactivar minas sin ayuda de mapas. Rasmussen lo discute con Ebbe ,pero este se niega a rescindir la orden, por lo que el primero considera la decisión extremadamente injusta y en su lugar los rescata y los conduce a 500 metros de la frontera alemana, donde les ordena que corran. La película acaba con Rasmussen observando a esos pocos muchachos dirigiéndose hacia Alemania.

                                      
Bajo la arena usa un a menudo olvidado capítulo de la posguerra del 45 para contarnos una historia dura, cuyo periodo nos deja reflexiones intemporales sobre la masacre y el perdón, toda una aproximación original de un territorio histórico ya muy tocado en el cine pero con intrigante suspense en esas escenas de soldados novatos que desactivan minas manualmente y que llevan a que sus cadáveres ensangrentados vuelen por los aires cada vez que cometen un error. Sin duda una estupenda revisión de la legendaria A diez segundos del infierno de la Hammer la realizada por este interesante cineasta danés, demostrando que el buen cine extranjero no siempre viene de Hollywood.

Puntuación: 7,5

                                                       



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