Guerra mundial Z (2013).

                             ¡ Recordad Filadelfia ¡


                                    
Ciencia ficción de escenario apocalíptico, acción y  terror  dirigida por Marc Forster, con  una adaptación escrita entre Matthew Michael Carnahan, Drew Goddard  y  Damon Lindelof a partir de una  historia concebida por  Carnahan junto a J. Michael Straczynski, basada en la novela  del mismo título firmada en 2006  por Max Brooks. La película  la protagoniza Brad Pitt en el papel de  Gerry Lane,  un antiguo investigador  de las Naciones Unidas  que debe viajar  por todo el mundo  para encontrar una manera  de detener  una pandemia zombi y su consiguiente apocalipsis. Tiene sobre todo experiencia investigando en  las más peligrosas zonas de guerra.

Plan B, la productora de Pitt,  se aseguró los derechos  en 2007 y ya se eligió a Forster para dirigir. Se empezó a filmar  en julio de  2011 en Malta  con un presupuesto estimado de  125 millones de $, antes de trasladarse el rodaje hasta Glasgow en agosto de ese año y ya en octubre a Budapest. Lindelof fue  contratado para reescribir  el tercer acto, pero no tuvo tiempo  para finalizar el guion, por lo que  Goddard  fue luego reclutado  para otra reescritura y por fin se estrenaba en cines a principios de agosto de 2013, siendo uno de los estrenos más esperados de aquel verano, con el añadido de poder verse en  3D.

Un brote epidémico  zombi  irrumpe en varias ciudades  a lo largo del mundo; aquellos que han sido mordidos  por las criaturas  se convierten en muertos vivientes  a su vez  en un plazo de  12 segundos. Un investigador retirado de la  ONU, Gerry Lane, su esposa Karin (Mireille Enos)  y sus dos hijas  toman refugio  junto a una familia  en Newark. Un amigo de Gerry,  el vicesecretario  general de  Naciones Unidas  Thierry Umuntoni (Fana Mokoena), organiza su rescate. Todos son fletados  en un  grupo de batalla de un portaviones  de la marina de EEUU anclado frente a la costa de  la ciudad de Nueva York, donde Umuntoni  observa  la reacción de los últimos  gobernantes mundiales que quedan vivos.

Los científicos a bordo, necesitando  encontrar  un  caso índice,  se fijan en Camp Humphreys, localizado en  Corea del Sur, del que se piensa  que es el origen  de la primera mención conocida  de zombi. Gerry es  obligado a  ir con ellos  bajo la amenaza  de que su familia sea enviada  a un  campo de refugiados  potencialmente inseguro en el continente. Israel  había reaccionado  una semana antes  del brote reforzando  sus históricas  murallas. Dirigen a Gerry  hasta Jerusalén para que contacte con  Jurgen Warmbrunn (Ludi Boeken), agente y director del Mosad, responsable de  preparar las defensas preventivas nacionales.  En la ciudad santa, Warmbrunn revela que  han interceptado  un mensaje  que decía como  el  ejército de la India  se estaba enfrentando a  los ráksasa,  los no muertos.


Mientras Gerry es acompañado  de vuelta a su avión  por las  fuerzas de defensa de Israel, los zombis  son atraídos  por la música estridente  y los cánticos de la ciudad, apilándose  contra el muro y formando una montaña de muertos vivientes  que logra superar la barrera. Luego contacta  con Umuntoni,  quien dirige a los pilotos hacia Cardiff,  sede de una  instalación operativa  de la  organización mundial de la salud. Gerry usa una granada  del arsenal de su  soldado israelí de escolta, conocida solamente como  Segen (Daniella Kertesz), quien ha acompañado al protagonista  durante su fuga del país  hebreo, destruyendo la  cabina para  descomprimir  descontroladamente  a los zombis, lo cual causa además  que el avión se estrelle contra la tierra.

                                  
El protagonista vuelve a contactar con Umuntoni  para ayudar a convencer a  los empleados de la OMS  de su identidad, pero se entera de que su familia  ha sido enviada en barco  hasta  Nueva Escocia, pues la Marina supuso que estaba muerto. Los científicos  de la OMS aceptan  combatir con  sus propios  agentes biológicos patógenos, pero estos están almacenados  en un laboratorio infestado de zombis. Más tarde, mientras Gerry y  Segen son llevados  al campo de refugiados costero en  Canadá para unirse el primero a su familia, este explica  que ahora ya existe una vacuna  que es una mezcla hibrida  de  meningitis, viruela y  gripe común humana.

Después de una puja sin cuartel  contra  la productora de Leonardo DiCaprio, Pitt y su compañía  Plan B  se aseguraron los derechos  de la novela en 2007. El primer guion adaptado  fue escrito  por el creador de Babylon 5, el gran Straczynski, quien identificó el desafío  de trasladar dicho material  como crear  un personaje principal  a partir de un libro  que puede leerse igual que  un informe de la ONU  sobre las guerras zombis. Forster firmó para dirigir, describiendo la película como una reminiscencia  de los thrillers de conspiraciones  de los 70 al estilo de Todos los hombres del presidente.

Sin embargo, Straczynski  identificó la cinta de espías  de 2002 El caso Bourne  como comparación  apropiada, y añadió que la película podría tener  una mayor dimensión  internacional  que mantuviese  el énfasis político. Esa primera versión del guion  se filtró en internet  en marzo de 2008  y llevó a que un medio especializado  dijese lo siguiente:  no es solo  una buena adaptación  de un libro complejo sino también  un trabajo  que define un género  que puede  en el mejor caso tenernos  discutiendo  sobre si una película  zombi podría catalogarse  de material merecedor del Óscar a la mejor película.

Esa reseña  también añadía  que la película  parecía similar en estilo a Hijos  de los hombres, pues seguía los pasos de  Gerry Lane  mientras viajaba  por un mundo de posguerra  y entrevistaba  a supervivientes  de la guerra zombi que se estaban empezando a cuestionar si  la supervivencia  es  alguna clase de victoria moral.  En julio de 2009,  Brooks reveló  que el guion  estaba siendo reescrito  por Matt Carnahan. Paramount   y  la recientemente desaparecida UTV  anunciaron  en la Comic Con  de San Diego  que Forster seguía fijo como director  y Pitt  era confirmado  para dar vida al protagonista.

David Ellison,  fundador de Skydance, se unió como  principal mecenas  del proyecto para así seguir como respaldo del estudio  desde  2010 con Valor de ley a  la reciente Star Trek: Más allá. La preproducción comenzó  en abril de 2011 con Robert Richardson  como director de fotografía. En el mismo mes se informó que  se filmaría en lugares como  los estudios ingleses Pinewood, cerca de Londres y que tendría un pequeño y breve papel James Badge Dale, como soldado americano  que trata de alertar  a las autoridades  de que la amenaza  zombi es real. El rodaje maltés cubriría  las zonas de La Valeta y  las Tres Ciudades.

                                            
Ed Harris estuvo en conversaciones para incorporarse al reparto, que ya se había trasladado a Glasgow en agosto de 2011. La ciudad escocesa  sería la doble de  Filadelfia, con tiendas falsas construidas allí y  coches americanos en las carreteras, siendo elegida en detrimento de  Royal Tunbridge Wells y Falmouth, localidades inglesas. Finalmente Harris optó por participar en otro thriller de ciencia ficción, Rompenieves  de Bong Joon-ho.  En ese mes, Bryan Cranston  entró en negociaciones para unirse a la película  en un pequeño pero relevante papel que tuvo que descartar  por su responsabilidad con  la serie Breaking Bad.

Siguió filmándose por Escocia, esta vez en Grangemouth,  a través de una carretera  donde transcurre una escena crucial y también sobre el perímetro del  buque británico  RFA Argus. En octubre de 2011, David Morse  fue reclutado como  prisionero encerrado  en una cárcel abandonada. El equipo  quería inicialmente  filmar una épica escena de  batalla  en Rusia, por lo que se trasladaron a Budapest y allí,  en la mañana del  día 11,  la agencia estatal húngara  de contraterrorismo  rodeó un almacén  donde se manejaban armas que en realidad eran de fogueo. En posproducción, Lindelof  fue contratado para  reescribir el tercer acto de la película, allá por junio de 2012.

El guionista estaba condicionado por las tomas adicionales  que debían tener lugar  para septiembre u octubre de aquel año. Sin embargo, Lindelof, quien también rehízo Prometheus  y coescribió Star Trek: En la oscuridad, no tuvo tiempo de escribir el nuevo final  y ya en julio Paramount  contrató a un compañero  suyo durante su etapa en Perdidos, el  genial Goddard.  Varias de  las escenas rodadas en  Budapest, incluyendo una enorme batalla  contra los zombis  en la  Plaza Roja de Moscú, fueron eliminadas  del montaje definitivo  para moderar el trasfondo político de la película y  conducirlo a un taquillazo  de verano más familiar.

Las escenas adicionales  se filmaron también en  el edificio de  la farmacéutica Pfizer en Sandwich, Kent, donde Gerry  trata de encontrar una cura  para la pandemia zombi. Un ejecutivo del estudio encargado de  los estrenos extranjeros en China contó a un medio especializado en  junio de 2013 que la versión presentada para aquel país  fue rechazada por los censores  chinos. De vuelta a 2011, en diciembre  se informó que Marco Beltrami  había firmado para componer GMZ.  En mayo de 2013, el grupo de rock británico Muse  subió un video  a su canal de YouTube que daba a entender  que colaborarían en la banda sonora, concretamente aportando el tema Follow Me, junto a los chicos de Nero para el sello de Warner.

Lo nuevo de Pitt y Forster estaba ya por llegar a los cines ese año, pues su estreno en la gran pantalla se retrasó varios meses después de que  el estudio y Skydance  dieran prioridad en 2012 a Jack Reacher en la fecha escogida para GMZ. Muse tocó en directo durante el estreno londinense en un escenario instalado en  el cuartel de la Caballería Real. Fue un  éxito de taquilla de buena fe  para lo que había en cartelera entonces, ya que su competidora principal era Monstruos University,  pero el reclamo de tener a Pitt quitó público a la secuela  de la cinta de Pixar, por no hablar del reciente trabajo de Roland Emmerich, el thriller de acción Asalto al poder, que fue el otro competidor veraniego.


                                                       
Desigual  y divergente del libro del que toma su fuente,  GMZ trae aún con todo  emoción  inteligente y  rápida unida a  una interpretación sólida  de Pitt al género zombi y con ello la hace muy entretenida, dando acción casi sin descanso y con el suspense como elemento asesino, un intento a gran escala  con seriedad  y  garra para un  thriller de acción convencional, sorprendentemente  fascinante  y todo un añadido imaginativo  al canon de las películas de muertos vivientes, que muestra pocos  signos visibles de las numerosas y constantes reescrituras o nuevas escenas rodadas como parches de posproducción.

Pitt brinda una actuación competente  en un espectáculo apocalíptico  acerca de un levantamiento  zombi global que no trata de extender  las fronteras del entretenimiento comercial  pero que hace  lo que puede para buscar  formas interesantes  de pasar el tiempo con ellas. GMZ juega un poco un rol  como de una serie de películas independientes  que se unen cuando el nuevo acto final fue injertado, eso es algo  inconfundible a no ser que sepas  el pasado problemático  de la película, de lo contrario  nunca sabrías que existía. Pensarías que no es el thriller del verano, sino un anémico producto de  acción que alberga emoción con un puñado de muertos que  avanzan lentamente por pantalla hasta su conclusión.

Y es que GMZ se vio muy afectada por su problemático desarrollo, por lo que aquí se observa  como el producto final  tiene por momentos  una elaborada  inutilidad, sin alma  entre tantas vísceras. Por toda su efectividad  mostrando  el terror  de una posible extinción humana, los auténticos humanos de la película son tan desalmados que parecen sacados de alguna hipotética versión del videojuego de terror Plants vs. Zombies. En ese aspecto, que bueno hubiera sido derivar una versión extendida a lo Resident Evil con más personajes y matando no muertos por las calles de Denver, Kioto o París.

Ya para acabar, hablar de secuela es algo que ronda desde enero de 2012   las mentes de Forster  y Paramount, pues GMZ debería verse como una  trilogía  que tuviese  el realismo  basado en  el potencial del actual referente de tiroteos en la gran pantalla, el de  la saga de Jason Bourne que protagoniza Matt Damon, atado al perturbador  ambiente   de fin del mundo de  la serie estrella de AMC,  The Walking Dead.  En diciembre de 2013 se informó que Juan Antonio Bayona  había sido elegido  para dirigir dicha continuación, mientras que en mayo de 2014 era Steven Knight el escogido para  escribir el guion, y  en agosto de este 2016 se ha informado que ahora  que no hay nada para producir  se ha entrado en negociaciones para ser el director con David Fincher, puesto que  JA Bayona  ha preferido rodar Un monstruo viene a verme.

Fincher ya sabe lo que es tener a Pitt a sus órdenes tanto en Seven como en  El club de la lucha, por lo que sería el candidato ideal para aportar a GMZ 2 la atmósfera malsana de La red social o Perdida. Otros posibles cineastas que nos encantaría ver dirigiéndola serían Danny Boyle,  Juan Carlos Fresnadillo, Sam Raimi,  Peter Jackson, Drew Goddard y porque no,  George Romero. Quien sabe si hasta Zack Snyder, para volver al género que le dio a conocer; Eduardo  Sánchez, uno de los dos directores de  El proyecto de la  bruja de Blair;  Paul WS Anderson, el de Resident Evil. Jaume Balagueró, Paco Plaza,  John Erick  Dowdle, Francis Lawrence, Fede Álvarez, Andrzej Bartkowiak o Steve Miner  son otros nombres que podrían aportar su experiencia para proseguir lo realizado por Forster en la primera.
Puntuación: 7

                                                    



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