TRON (1982)

                                            


 Película de ciencia ficción y acción escrita y dirigida por Steven Lisberger a partir de una historia de Bonnie MacBird, protagonizada por Jeff Bridges como Kevin Flynn, un programador informático y desarrollador de videojuegos que es transportado dentro del mundo programado  de un ordenador central  donde interactúa  con programas  en su intento  de escapar; también la protagonizan Bruce Boxleitner, David Warner, Cindy Morgan y Barnard Hughes. Junto con Starfighter tiene la distinción  de ser una de las primeras producciones de cine  que tiró mucho de imágenes generadas por ordenador.  Su creador se inspiró  en videojuegos como el Pong, desarrollando él mismo toda la animación  digital  antes de que le comprase la idea Disney. Fue nominada al Óscar a mejor vestuario (perdió ante Gandhi) y sonido (se lo llevó ET el Extraterrestre) en la edición 55. 

No entró sin embargo en la categoría de mejores efectos visuales porque en la época la academia de Hollywood consideraba que usar animación por ordenador era trampa y se temía que acabaría con la animación tradicional. Cuesta creerlo, ya que francamente es una película que la primera vez que la ves te explota la mente y luego te percatas de que cambió el cine  y predijo  el futuro de la tecnología. Estamos ante una película de culto que ha dado pie a una franquicia que ha conocido secuela, TRON: Legacy, dirigida por Joseph Kosinski en 2010 y con Bridges y Boxleitner retomando sus papeles  y con Lisberger produciendo. Le siguió una serie animada emitida en Disney XD, Tron: La resistencia, de 2012, ambientada entre las dos películas.  Dejando las cosas claras, es un milagro que un fiasco de taquilla y crítica llegara a ser tan influyente con el tiempo. 

                                                          


Kevin Flynn es un importante ingeniero informático  antiguamente empleado por la gran  corporación tecnológica ENCOM. Ahora lleva un salón recreativo  e intenta como hacker tirar la seguridad del sistema de la unidad central de  ENCOM; sin embargo, el Programa de Control Maestro de la compañía para su progreso. Allí dentro, el programador Alan Bradley  y su novia, la ingeniera Lora Baines, descubren  que el PCM  ha cerrado su acceso a los proyectos. Cuando Alan se enfrenta al vicepresidente ejecutivo, Ed Dillinger, este  dice que las medidas de seguridad son un esfuerzo para detener intentos externos de piratería. Sin embargo, cuando Dillinger cuestiona privadamente al PCM a través de su escritorio computarizado, se percata que el PCM  se ha expandido en una poderosa inteligencia virtual y que ha estado ilegalmente apropiándose de programas personales, empresariales y gubernamentales para incrementar sus propias capacidades. 

Cuando Dillinger sube a la cima de ENCOM presentando los juegos de Flynn como propios, el PCM chantajea  a Dillinger  amenazando con exponer su plagio  si no cumple  con sus directivas. Lora deduce que Flynn es el pirata informático, y ella y Alan van a su sala de juegos para advertirle. Flynn revela que ha estado tratando de localizar indicios que demuestren  el plagio de Dillinger. Juntos, los tres  forman un plan para asaltar ENCOM  y abrir  el programa de Alan, "Tron", una medida de seguridad autónoma diseñada para proteger el sistema y contrarrestar las funciones  del PCM. Una vez dentro de ENCOM, los tres  se separan y Flynn entra en conflicto directo con el PCM a través de un terminal de laboratorio. Antes de que Flynn pueda obtener la información que necesita, el PCM usa un láser experimental para digitalizar y subirlo al ciberespacio del ordenador central   de ENCOM.

                                                         


Allí, los programas informáticos son entidades vivientes que aparecen como los "usuarios" humanos (programadores) que los crearon. El espacio es reinado por por el PCM  y su segundo al mando, Sark, quien obliga a los programas a renunciar su convicción en los usuarios y forzar a aquellos que se resistan a competir en mortíferos juegos al estilo romano. Flynn es mandado a competir en los juegos y lo hace bien; entre partidos, se hace amigo  de otros dos programas capturados, Ram y Tron. Los tres escapan al ordenador central durante una ronda  de  ciclo de luz (una maquinita que Flynn creó y que se le da muy bien), pero este y Ram  se separan de  Tron por un grupo de persecución del PCM. Mientras intenta ayudar a un Ram gravemente herido, Flynn se entera de que puede manipular porciones del ordenador central accediendo con su conocimiento de programador. 

Justo antes de que Ram muera en el servidor, este reconoce  a Flynn como usuario y le anima a que encuentre a Tron y libere el sistema. Usando su habilidad nueva, Flynn reconstruye un vehículo roto y se disfraza  como uno de los soldados de Sark. Tron pide ayuda a Yori, un programa empático, y en una torre de Entrada y Salida recibe información  necesaria de Alan para destruir al PCM. Flynn se reincorpora a estos y los tres se embarcan en un velero solar secuestrado para alcanzar el núcleo  del PCM. Sin embargo, la nave de mando de Sark destruye el velero, capturando a Flynn y Yori y presumiblemente matando a Tron. Sark deja la nave de mando y ordena su resolución, pero Flynn lo mantiene intacto  manipulando de nuevo el ordenador central. Sark alcanza el núcleo del PCM en una lanzadera que transporta programas capturados considerados poderosos o útiles. 

                                                               


Mientras el PCM intenta absorber estos programas, Tron, quien está aún vivo, se enfrenta a Sark  y lo hiere gravemente, incitando al PCM a que entregue  a su segundo todas sus funciones. Percatándose de que su habilidad para manipular el ordenador central puede darle a Tron una abertura, Flynn salta al rayo del PCM, distrayéndolo. Viendo una rotura  en el escudo del PCM, Tron ataca a través del hueco  y  lo destruye junto a Sark, acabando con su control  sobre el ordenador central  y permitiendo a los programas capturados  comunicarse con los  usuarios otra vez. Flynn reaparece  en el mundo real, rematerializado  en el terminal. La victoria de Tron  en el ordenador central  ha soltado  todos los  cierres  en accesos informáticos, y una impresora cercana produce la señal de que Dillinger ha plagiado  las creaciones de Flynn. 

A la mañana siguiente, Dillinger  entra en su oficina  para encontrarse  el PCM desactivado  y la prueba de  su  robo  divulgada. Flynn es posteriormente ascendido  a director ejecutivo de ENCOM  y es felizmente recibido  por Alan y Lora como su nuevo jefe. 

                                                                 


Los efectos especiales de esta película fueron revolucionarios para su época, tal como se verá para cuando se analice su secuela. Toda una innovación en movimiento  que hizo historia en la animación por ordenador, que como ya se ha apuntado se encargó Lisberger mientras MacBird concibió la trama principal. La presentación del proyecto a Disney no fue fácil, pues el concepto en principio no convencía al entonces jefe del estudio, Ron Miller, yerno de Walt, que no deseaba correr riesgos, como por ejemplo que se rodase en 70 milímetros para abaratar costes en pintura mate. Tron  ha tenido una gran influencia en el cine que posteriormente  ha usado principalmente el CGI como recurso visual; Bridges además se desenvuelve bastante bien en este mundo de gráficos por ordenador tan magnífico  que parece un juego electrónico a gran escala. 

La imaginería de la película sumerge al espectador en una aventura de videojuego  que en su secuela Disney extendería a la tecnología contemporánea, con unos efectos visuales aún más asombrosos si cabe. Y no se ha hablado de la banda sonora porque se reduce mucho a composiciones por teclado, una música muy vinculada a los años 80. Tron ya se ha dicho que no funcionó bien en cines, pero luego en ventas domésticas a televisión empezó a remontar, aunque para el estudio fue más bien un producto que le generó perdidas. Con lo maravillosa que se ve resulta difícil que no tuviese éxito, tal vez se adelantó demasiado a su época, puede que si hubiera salido en la década siguiente habría encontrado su público objetivo y se consideraría un filme descarado y rompedor. Era sin duda una época diferente para la compañía del ratón, que hizo una película hermosa y fantástica pero sin alma. 

Aunque quizás  no es tan potente en lo dramático como en lo tecnológico, TRON es una obra original y visualmente  imponente en la ciencia ficción que representa un  trabajo emblemático  en la historia de la animación informática. Un proyecto hecho con una técnica de trabajo hasta entonces inédita y que dio paso en su secuela a unos impresionantes efectos visuales en 3D. Sin esta película John Lasseter no hubiera nunca hecho la animación de la primera Toy Story, ni tampoco hubiéramos tenido componiendo la música de Legacy a Daft Punk, quienes admiraban  de niños la original. No es extraño su culto para quien escribe esto, fue un acierto aunque incomprendido. Explorar el fenómeno de esta cinta de Disney es toda una gozada, por eso ya adelanto lo que veremos en el artículo de su continuación, donde la compañía del ratón carga en el archivo  este reduplicado. 

                                                                     


La nueva entrega de Tron surgió durante la carrera de Disney por adquirir relevancia como compañía a la búsqueda de nuevas unidades de entretenimiento, rodando con ambición para llegar al final de la línea sin artificialidad y a ritmo de Daft Punk.  

Puntuación: 6,5


                                                      




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