El señor de los anillos : El retorno del rey (2003)

                                    


Épico y fantástico filme de aventuras dirigido por Peter Jackson a partir de un guion suyo, de Fran Walsh y Philippa Boyens, basado en el libro homónimo, tercer volumen de la novela El Señor de los Anillos   de Tolkien, secuela de Las dos torres y  última entrega de la trilogía cinematográfica del mismo nombre. El reparto coral lo forman Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Astin, Cate Blanchett, John Rhys-Davies, Bernard Hill, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Hugo Weaving, Miranda Otto, David Wenham, Karl Urban, John Noble, Andy Serkis, Ian Holm y Sean Bean. Continuando la trama de la película anterior, Frodo Bolsón, Sansagaz Gamyi y Gollum están recorriendo el camino final hacia el Monte del Destino para destruir el Anillo Único, inconscientes de las verdaderas intenciones de Gollum, mientras Merry, Pippin, Gandalf, Aragorn, Legolas, Gimli y los otros unen fuerzas juntos contra Sauron y sus legiones en Minas Tirith. 

De New Line Cinema (Warner Bros), rodada otra vez en Nueva Zelanda, de nuevo aclamada por críticos y espectadores, quienes la consideraron un punto de referencia cinematográfico  en el género fantástico, así como una satisfactoria conclusión a la trilogía, destacando los efectos visuales, actuaciones, escenas de acción, dirección, guion, banda sonora, vestuario, profundidad emocional, alcance e historia. Por ello es una de las mejores de siempre, razón por la que arrasó en los 76º Óscar, llevándose el premio a mejor película y empatando con Ben-Hur (la del 59) y Titanic (la del 97 de James Cameron) como la más galardonada (once), igual que  en la categoría de mejores efectos visuales, junto a la primera trilogía de Star Wars. 

                                                      


El hobbit Gollum está pescando  con su primo Déagol, quien descubre el Anillo Único en el río. La mente del entonces conocido como Sméagol es atrapada por el anillo, matando al primo por ello. Cada vez más corrompido físicamente y mentalmente, se retira a las Montañas Nubladas y se convierte en el Gollum que conocemos. Siglos después, durante la guerra del anillo, Gandalf lidera a Aragorn, Legolas, Gimli y el rey Théoden de Rohan a Isengard, donde se reúnen con Merry y Pippin. Gandalf recupera el palantir de Saruman y el grupo regresa a Edoras para celebrar su victoria en la batalla del Abismo de Helm (ver Las Dos Torres). Pippin investiga el palantir, viendo a Sauron  y Gondor. Gandalf deduce que el enemigo planea atacar la capital de Gondor, Minas Tirith; cabalga hasta allí para advertir  al corrupto custodio de Gondor, Denethor II. 

Pippin, quien lo acompaña, jura lealtad  a Denethor, cuyo heredero  ahora muerto Boromir había salvado  su vida (ver La Comunidad del Anillo); por instrucción de Gandalf, Pippin prende la llama de las luces de Rohan, pidiendo su ayuda. Frodo, quien lleva el anillo, y Sam, continúan su viaje a Mordor, inconscientes de que Gollum, ahora su guía, planea traicionarlos y quedarse con el anillo. El trío observa al Señor de los Nazgul, amo de los nueve, saliendo hacia Gondor con su ejército de orcos. Gollum conspira para engañar a Sam  por comerse el suministro de alimentos y desear el anillo; influenciado por el creciente poder del anillo, Frodo es engañado por la estafa, ordenando que Sam se vaya a su casa. Luego Gollum engaña a Frodo para que se aventure en la guarida de la gigantesca Ella-Laraña. 

                                    


Frodo escapa por poco y se enfrenta a Gollum, quien cae por un abismo tras una pelea. Ella-Laraña descubre, paraliza y ata a Frodo, pero es herida  y ahuyentada por un Sam  que ha vuelto y quien, de luto por la aparente muerte de Frodo, se lleva el anillo. Sam se da cuenta  de su error  cuando un grupo de orcos capturan a Frodo, pero logra  rescatarlo  cuando estos  luchan entre ellos. Ahora dentro de Mordor, los hobbits continúan hacia el Monte del Destino. Mientras el rey Théoden reúne su ejército, Elrond le cuenta a Aragorn que Arwen está muriéndose, habiendo renunciado a dejar la Tierra Media. Elrond le da a Aragorn Andúril, reforjada  de las esquirlas de la espada del rey Elendil, Narsil, y le urge que se comprometa a reclamar  el trono de Gondor, del cual él es el heredero. Acompañado por Legolas y Gimli, Aragorn viaja a Gondor y promete liberar a los fantasmas malditos de allí para que ayuden. 

Mientras, Faramir, quien se vio anteriormente agobiado por tener que regresar  a Minas Tirith por el rey brujo, es gravemente herido en una carga suicida; creyendo que su hijo está muerto, Denethor cae en la locura. Gandalf alinea a los defensores, pero el orco enorme irrumpe en la ciudad. Denethor intenta quemarse junto a  Faramir en una pira funeraria, pero Pippin alerta  a Gandalf y rescatan a Faramir. Denethor, en llamas y agonizando, se arroja y muere. Théoden llega y lidera su ejército contra los orcos. Pese al éxito inicial  contra estos en la batalla de los campos de Pelennor, son diezmados por los Harad montados  en olifantes y el rey brujo hiere mortalmente a Théoden; sin embargo, su sobrina Éowyn mata al villano  con ayuda de Merry. Théoden muere en los brazos de su sobrina. Aragorn llega luego con su ejército de los muertos, que supera a las fuerzas de Sauron. 

                                                   


Su juramento ha sido alcanzado y los muertos son liberados de su maldición. Aragorn decide marchar sobre Mordor para distraer a Sauron, que va por Frodo, ahora extremadamente débil, y a Sam; todas las fuerzas restantes de Sauron marchan hacia la batalla de Morannon, permitiendo a los hobbits alcanzar el monte del destino. Gollum, quien ha sobrevivido a su anterior caída, los ataca, pero Frodo aún logra entrar en la montaña. Allí, sucumbe al poder del anillo, poniéndoselo en su dedo, pero Gollum consigue arrancárselo de un mordisco y reclamarlo. Luchan juntos y tropiezan por el reborde. Frodo se aferra a este  con una mano mientras el remordimiento y la culpa inundan su mente tras sucumbir al anillo cuando la fe inquebrantable de Sam en su amigo exige que Frodo eche mano a su colega bajo presión, salvando la vida de Frodo. Gollum cae y muere; el anillo, que cayó con él, se desintegra en la lava, provocando que Barad-dur se desmorone y el ojo de Sauron explote, destruyendo al señor oscuro  de una vez por todas.

El ejército de Aragorn emerge victorioso cuando sus enemigos y las tierras de Mordor se derrumban hacia la tierra, y el monte del destino erupciona, con Frodo y Sam escapando  de la lava por poco. Gandalf rescata a los hobbits  con la ayuda de las águilas, y la superviviente comunidad es felizmente reunida en Minas Tirith. Aragorn es coronado rey  de Gondor y se casa con Arwen. Los hobbits regresan a casa, a la Comarca, donde Sam se casa con Rosie Cotton. Cuatro años después, Frodo, aún asolado por el dolor de su herida provocada por el rey brujo y sufriendo un trauma psíquico, deja Tierra Media para irse a Valinor con su tío Bilbo Bolsón, Gandalf y los elfos. Le deja a Sam  el libro rojo de la frontera del oeste, que relata sus aventuras. Sam regresa  a la comarca, donde abraza a Rosie y a sus hijos. 

                                          


Último viaje a la exitosa  adaptación de Tolkien, con más orcos que nunca, aunque  Saruman no aparece  en el montaje cinematográfico estrenado en salas, pero no quiere decir que este ausente en la Tierra Media, solo que las escenas del mago están cortadas, imperdonable. Como un rey, el legado del autor está muy presente en los personajes, dispuestos ante la cámara como grandes miniaturas de un juego de mesa. La interpretación de Peter Jackson de El Señor de los Anillos es bastante coherente con la del autor, quizás algo más extendida o explorada en profundidad, sobre todo los aspectos de la comarca que se narran en la novela, todo un viaje en sí para el propio cineasta aunque resumido, ya que parece mentira que el rodaje durase un año, entre otros lugares en lo que fuera un campo de minas por donde pasan un montón de jinetes. 

Visualmente impresionante y emocionalmente potente, El retorno del rey es una conclusión conmovedora y satisfactoria para una gran trilogía. El triunfo se ve teñido de arrepentimiento en la Tierra Media en el momento en que Gondor renace, dándote cuenta que es una épica en la que Jackson confecciona un final mágico e histórico. 

                                         

                                               Puntuación: 9


                                                





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