Shetan, el caballo del desierto (2003)

                                                                   


Drama  rodado en IMAX, producido por Disney y dirigido por Simon Wincer, basado en el libro homónimo de Walter Farley escrito en 1989. Filmado entre los desiertos de  Namibia y Sudáfrica, el mediometraje  de 50 minutos muestra unos hermosos paisajes en tomas con gran angular que protagoniza  una chica llamada Neera, quien se hace amiga de un joven  semental negro. Se trata además de una precuela de El corcel negro, aclamada cinta de 1979 que produjo Fred Roos, quien aquí repite junto a Frank Marshall. En el reparto también figura el veterano Richard Romanus y la música es de William Ross (Una pandilla de pillos). Se han cumplido veinte años de su estreno, un día de navidad. 

La película sigue las aventuras de Shetan, un joven caballo árabe negro. Después de que una banda de ladrones  separe a una chica  árabe llamada Neera  de su padre, esta se ve completamente sola en el desierto. En poco tiempo, un misterioso potro negro llega a su rescate. Los dos rápidamente  forman un vínculo especial, y el caballo devuelve a Neera  a su abuelo. Una vez que Neera  vuelve a casa, el semental desaparece. 

Neera recibe a su abuelo Ben Ishak y a su primo Aden ansiosamente, pero está decepcionada y molesta cuando descubre que los días de cría de caballos de su abuelo  se han acabado. Ben Ishak le informa a Neera que debido a la caza en el desierto, sus campos están arruinados y que ya no puede permitirse mantener a ninguno de los caballos. Mantuvo a un viejo caballo de arado, Abha, y liberó  a su más preciada yegua, Jinah. Luego se descubre que Jinah era la madre de Shetan. 

Pasa un año, pero el semental negro no regresa. El abuelo de Neera le cuenta que el caballo era probablemente nada más que un producto de su imaginación. Pero Neera lo sabe mejor. Ella cree que el semental es el caballo perdido del desierto, una leyenda nacida  de las arenas  y engendrado por el cielo nocturno. Entonces, una noche, el potro aparece otra vez. En un intento  de ayudar a su abuelo a iniciar una granja  de crianza  de nuevo, Neera  se une a una agotadora carrera campo a través contra los mejores caballos  de Arabia  por un tesoro de las más excepcionales yeguas árabes. Shetan, el semental negro, es entrenado, y Neera lo cabalga  en la competición para restaurar  el dinero y el respeto  de su abuelo. Al final, Neera gana y Shetan se reúne con su madre. 

Esta contribución a la gran pantalla no resulta del todo novedosa a la leyenda  del semental, es una historia de apenas 45 minutos que como mucho funciona como si hubiera podido pasar escasamente como parte de algún especial del estudio hecho en los 60 para televisión. Un regalo visual que queda deslucido por unos diálogos apagados y unas interpretaciones cohibidos. Tocará la fibra de los más entusiastas del joven equino, pero ni su preciosa fotografía es suficiente para salvar un guion aburrido. 

                                     Puntuación: 5

                                     


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