El Cascanueces y los Cuatro Reinos (2018)

 

                                                                        


Filme fantástico de aventuras dirigido por Lasse Hallström  y Joe Johnston, una revisión del cuento de 1816 de E.T.A. Hoffmann “El cascanueces  y el rey de los ratones”  y  del ballet de 1892 de Marius Petipa y Piotr Ilich Chaikovski El cascanueces, sobre una chavala a la que regalan un huevo cerrado que perteneció a su difunta madre y como parte a una tierra mágica para recuperar la llave. La película la protagonizan Keira Knightley, Mackenzie Foy, Eugenio Derbez, Matthew Macfadyen, Richard E. Grant, Misty Copeland, Helen Mirren y Morgan Freeman.

 

Rodada en Pinewood Studios, la producción requirió de tomas adicionales escritas sin acreditar por Tom McCarthy y dirigidas por Johnston, práctica habitual en Hollywood y   Disney. Pese a ello, fue un fracaso de taquilla,    aunque la parte visual es notable, la historia está poco elaborada y la coreografía   de baile se nota demasiado improvisada, y eso en 2018 ya daba bastante la nota, como evidencia que la cinta cuente con dos directores, pero al fin y al cabo con su banda sonora lo que busca es que el espectador se contagie del espíritu navideño.

 

Una nochebuena en el Londres de la época victoriana, Benjamin Stahlbaum   le da a sus hijos Louise, Clara y Fritz   los regalos que su esposa Marie dejó para estos antes de morir. Clara recibe una caja ovalada que no puede abrir, junto con una nota que dice “   Todo lo que necesitas  está dentro”. La familia va a la fiesta de nochebuena, organizada por el padrino de los niños, el experto ingeniero Drosselmeyer. Clara le pregunta a este   como desbloquear su huevo, y él le revela que lo fabricó para Marie cuando era más joven.

Benjamin se enfada con Clara por negarse a bailar con él, insultándose mutuamente. La niña halla una cuerda   con su nombre atado, representando su regalo, siguiendo el rastro hasta un bosque en un mundo paralelo donde ve una llave  . Antes de que pueda pillarla, un ratón se la arrebata y cruza un río helado. El capitán Philip Hoffman, el Cascanueces, conduce a Clara a través del puente  hasta el Cuarto Reino, donde a duras penas   escapan del rey ratón  y de Madre Jengibre, la regente del lugar. El capitán Philip lleva a Clara al palacio, donde conoce a los regentes de cada tierra.

 

El Hada de Azúcar, de la Tierra de los Dulces; Escalofrío, de la Tierra de los Copos de Nieve, y Espino, de la Tierra de las Flores, le cuentan a Clara que están en guerra con la Tierra de la Diversión, al que se refieren como el “Cuarto Reino”. También se revela   que Marie era la amada   reina de esta tierra mágica, lo que convierte a Clara en princesa. El Hada de Azúcar explica que Marie creó este mundo de niña y que animó a todos   con una máquina que puede convertir juguetes en gente real. Azúcar dice que esta máquina puede usarse para defender los tres reinos   contra Madre Jengibre , pero que necesita una llave igual que la del huevo de Clara.

 

Adentrándose en el Cuarto Reino, Clara y Philip recuperan la llave  de Madre Jengibre (ignorando su advertencia de que Azúcar les está engañando), pero la niña se decepciona al descubrir que el huevo sólo es una caja de música. Azúcar usa la máquina para dar vida a los soldados de juguete y ordenarles que ataquen el Cuarto Reino. Esta entonces revela que mintió acerca de Madre Jengibre, quien ha resistido su plan para hacerse con los cuatro reinos en venganza por su percibido abandono por parte de Marie, y que la máquina puede transformar a la gente de este mundo   en juguetes otra vez . Azúcar apresa a Clara, al capitán Philip y a los regentes, provocando que la niña se culpe   por todo ello.

 

Clara abre su caja musical ovalada de nuevo y descubre un espejo, ilustrando que todo lo que ella necesitaba   era ella misma. Esta y los otros prisioneros escapan, y uno de los   ratones de Madre Jengibre   le muestra el camino a la sala de máquinas, por lo que el capitán Philip   convence a la monarca para que le ayude a derrocar a Azúcar. Clara apaga la máquina   mientras lucha contra los soldados con la ayuda   de Madre Jengibre. Azúcar intenta convertirla en juguete, pero Clara juguetea con el motor para que se vuelva contra la villana al activarse, devolviéndola a su forma de muñeca de porcelana, dejando a todo su ejército inmóvil.

 

Agradecida por restaurar la paz entre los reinos y destruir a   Azúcar, Clara promete visitarlos en el futuro. Tras despedirse del capitán Philip, esta regresa a Londres, donde el tiempo apenas ha pasado desde que se fue. Ella y Benjamin  se disculpan el uno con el otro y finalmente la niña  decide bailar con él, aceptando este. Clara abre su caja musical   y Benjamin revela que la melodía fue la primera canción con la que él y Marie bailaron, haciendo lo mismo   toda la noche en el gran   salón.

 

La niña de “Interstellar” es la protagonista, y aunque no la he mencionado, la actriz de “Animales Nocturnos”, Ellie Bamber, es la hermana mayor de esta, que sólo vemos al principio. Una actriz que fue contratada pero cuya parte se eliminó era Miranda Hart, ya que había que dar escenas a Derbez, un actor mexicano muy famoso en su país. Lo que tenemos es un tratamiento por parte del estudio de un cuento clásico pasado por el mágico tamiz   de un especial navideño de Mira quien baila. El resultado es un producto agrietado   y tibio, carente de una historia que transporte al espectador al ambiente navideño que pretende vender.

 

La coreografía tampoco resulta ser deslumbrante,   así que El cascanueces y los cuatro reinos está mal confeccionada como un producto navideño vacío que queda muy bien para verlo, como un escaparate de grandes almacenes, pero lamentablemente fácil de  olvidar. Disney está   poco inspirado en este costoso ballet por lo hueco que está su interior, con una Azúcar rancia como villana en el giro de guion que tan de lejos se ve venir.

Puntuación: 5,5


                            


 

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