Ágora (2009)

 

                        Alejandría, Egipto, 391 DC

                      El mundo cambió para siempre

                                      

Drama histórico español escrito y dirigido por Alejandro Amenábar. Esta película biográfica la protagoniza Rachel Weisz como Hipatia, una matemático, filósofa y astrónomo de finales del siglo 4º en Egipto (provincia romana entonces), quien investiga los defectos de la teoría geocéntrica y el modelo de la teoría heliocéntrica que la desafía. Rodeada por la confusión religiosa y la agitación social, Hipatia lucha por salvar el conocimiento de la antigüedad clásica de la destrucción. Max Minghella interpreta a Davus, el esclavo del padre de Hipatia, y Oscar Isaac es un estudiante de esta, el futuro prefecto de Alejandría, Orestes.

La trama usa la ficción histórica para enfatizar la relación entre ciencia y religión en la época en medio del declive del politeísmo grecorromano y la transición a la hegemonía cristiana. El título del filme hace referencia al ágora, un lugar público de reunión en la antigua Grecia similar al foro romano, habiéndose rodado en Malta. Estrenada en el Festival de Cannes de 2009, esta producción de Fox ganó siete Goyas, incluyendo una candidatura para la música de Dario Marianelli. La perniciosamente persistente mitología sobre Hipatia y la gran biblioteca según Amenábar.

En el 391 DC, Alejandría es parte del imperio romano y la filósofa griega Hipatia es profesora en la escuela de platonismo, donde son educados los futuros líderes. Hipatia es hija de Teón de Alejandría, el director del museion local, y ella, Davus, el esclavo de su padre, y dos de sus alumnos, Orestes y Sinesio de Cirene, se ven inmersos en el cambiante panorama político y social. Ella rechaza el amor de Orestes al preferir dedicarse a la ciencia. Davus la ayuda en sus clases y le interesa también la materia, aunque en secreto está muy enamorado de ella.

Mientras, el malestar social comienza a desafiar al gobierno romano de la ciudad cuando el paganismo y los cristianos entran en conflicto. En el momento que los segundos empiezan a insultar verbalmente las estatuas de los dioses paganos, estos, incluyendo a Orestes y Teón, los emboscan. Sin embargo, en la batalla siguiente, los paganos se ven inesperadamente sobrepasados por una enorme multitud cristiana. Teón es gravemente herido e Hipatia y los paganos se refugian en el Serapeum de Alejandría.

El asedio cristiano de la biblioteca acaba cuando un enviado del emperador romano Teodosio I el Grande declara que los paganos son indultados, pero que a los cristianos se les permitirá tomar posesión del lugar. Hipatia y los paganos huyen mientras tratan de salvar los rollos de manuscritos más importantes antes de que los cristianos se apoderen de la biblioteca y destruir sus contenidos. Davus elige unirse a las fuerzas cristianas y luego regresa con un gladius y la agrede sexualmente, pero comienza a llorar y le entrega su espada; no obstante, le quita su collar de esclavo y le dice que es libre.

                                             

Varios años después, Orestes, ahora convertido al cristianismo, es prefecto de Alejandría. Hipatia continúa investigando los movimientos de los planetas del sistema solar y sus satélites naturales, así como las estrellas. Algunos cristianos ridiculizan la creencia de la tierra esférica discutiendo que la gente más lejos de la cima caería del mundo. Cuando le preguntan a Davus por su opinión, evita el conflicto diciendo que solo Dios sabe estas cosas.

Hipatia también investiga la teoría heliocéntrica del sistema solar propuesta por Aristarco de Samos dejando caer un objeto desde el mástil de un barco en movimiento demostrando que un posible movimiento de la Tierra podría no afectar el relativo al planeta de un objeto en caída sobre la misma. Sin embargo, debido a la teoría heliocéntrica, los cristianos ahora han prohibido a Hipatia enseñar en la escuela, ya que estos han entrado en un conflicto violento con el judaísmo.

El líder de los cristianos, Cirilo de Alejandría, ve que Hipatia tiene mucha influencia sobre Orestes y monta una ceremonia pública planeada para obligarlo a que la domine. El antiguo pupilo de Hipatia, Sinesio, ahora obispo de Cirene, viene a rescatarla como autoridad religiosa de contrapeso pero dice que no puede ayudarla a menos que esta acepte el cristianismo, que rechaza. Hipatia teoriza que la Tierra realiza una órbita alrededor del Sol en elíptica, no circular, en uno de los focos. Cirilo convence a una muchedumbre de cristianos de que Hipatia practica la brujería, jurando que la matarán.

Davus trata de adelantarse para advertirla, pero es capturada, desnudada y a punto de ser despellejada viva hasta que él convence a la multitud de otra cosa, por lo que deciden en su lugar que la matarán por lapidación. Cuando la muchedumbre sale a recoger piedras, Davus la asfixia para ahorrarle el mal trago del dolor de ser lapidada y le cuenta a la muchedumbre que se ha desmayado, por lo que se va cuando empiezan a lapidarla.

                                          

El teorema de Weisz al interpretar a Hipatia en el contexto de la historia y su trama interminable hacen de Ágora un producto de primeras muy interesante, de ahí que pasara de inicio por Cannes. Acompañada por Minghella y Isaac, las estrellas de la película congenian estupendamente bajo las órdenes de Amenábar en este provocador thriller histórico donde director y actriz predican con la ilustración y las estrellas fugaces. El rodaje en Malta se centró en el enfrentamiento entre fe y ciencia, un accidentado conflicto que abarca milenios, aquí resuelto en un arco épico.

Según el Observatorio Antidifamación Religiosa, varios grupos civiles protestaron contra esta película por su presunto mensaje anti cristiano, principalmente en Italia y EEUU, donde su distribución fue complicada debido a las presiones por parte de los sectores más conservadores de la iglesia católica, aunque al final logró verse en ambos países. Curiosamente aquí en España arrasó en taquilla y luego tuvo buenas ventas domésticas, ya que es una cinta épica visualmente impresionante que pone ambiciosamente un momento crucial de la historia occidental en pantalla, con una destacada interpretación de Weisz como la matemático y filósofa.

Si hubiera que resumir la película con un símil deportivo sería el de Biblioteca Cristiana 1- Paganos 0, porque sus objetivos nobles y la ya mencionada fascinante actuación de Weisz no pueden salvar Ágora de un guion confuso, interpretaciones desiguales y un montaje agitado. Como ya se dijo al principio, tratándose de una ficción histórica y no un documental, hay bastantes libertades creativas, como el uso parcial parafraseado de un pasaje bíblico perteneciente a la versión del rey Jacobo, por lo que se muestra a la verdadera víctima de la guerra científico religiosa, siendo un relato realista sobre el cristianismo percibido en la cultura popular.

La exactitud histórica deja mucho que desear, no sólo en detalles como el material de las armaduras de los soldados romanos (más cercano a las medievales), sino en el legado de Hipatia y en su propia historia, las invenciones científicas griegas o el mito cultural moderno del declive y caída del Imperio en Alejandría. Se advirtió a los cristianos que se resistieran de la peligrosa tontería que representa Ágora, pero siendo quien escribe esto un convencido ateo, mi mayor preocupación son las inexactitudes históricas de la película, cómo Amenábar ha fusilado la labor de Charles Kingsley , quien ya contó lo mismo en su novela.

                                             

Para quien quiera entretenerse con otro trabajo sobre la destrucción de escrituras clásicas, ahí tiene El nombre de la rosa, la genial película de Jean-Jacques Annaud. Como en Ágora, se nota la tensión para seguir adelante con su propia visión impactante, siendo otra notable cinta independiente con aspiración de éxito taquillero y donde la razón es la estrella.

Puntuación: 7