El Reino (1994-1997)

          Un bautismo de terror os espera en EL REINO

                                              
Miniserie de ocho episodios de la televisión danesa creada, escrita y dirigida por el cineasta más importante del país nórdico, Lars von Trier, allá por 1994, y que llegó a ser distribuida como una sola película de 5 horas en países como Reino Unido o EEUU. La serie está ambientada en el ala de neurocirugía del principal hospital de Copenhague, apodado El Reino, lo que nos lleva a creer que en Dinamarca existe un reino de los muertos. La serie sigue de cerca a un variopinto grupo de personajes, tanto personal médico como pacientes, que se topan con fenómenos bizarros, ya sean humanos o sobrenaturales. Lo más notable del conjunto es su humor irónico y el predominio del color sepia en su imagen.

Tampoco pasa desapercibida la aparición de un coro teatral de lavaplatos con síndrome de Down, quienes discuten en la intimidad todos los detalles acerca de los extraños sucesos que ocurren en el hospital. Los primeros cuatro episodios acabaron con numerosas preguntas sin contestar, y por eso en 1997 todo el reparto se reunió para producir otros cuatro episodios en su segunda tanda. Esta segunda temporada acabó con todavía más dudas no resueltas que la primera, así que se planeó una tercera. Sin embargo,debido a la muerte de Ernst-Hugo Järegard en 1998 (que interpretaba a Stig Helmer) y al posterior fallecimiento, en el 2000, de la actriz que daba vida a la señora Drusse, la probabilidad de una tercera temporada se antojaba entonces muy remota.

                                                 



En realidad Von Trier escribió la que hubiera sido la temporada final, pero nunca fue producida por la cadena pública escandinava estatal, DR. Hasta ese punto, cinco integrantes fijos del reparto ya no están vivos y a día de hoy resulta imposible retomarla. Los guiones abandonados fueron enviados por los productores a Stephen King para Kingdom Hospital, pero como ya comenté en su respectiva reseña, no quedó claro si se usaron tales textos. Lo que si os digo es que esta es una de esas producciones que deberíais ver antes de morir, para que podáis iros con tranquilidad al otro barrio. Cada episodio empezaba con el mismo prólogo, detallando como el hospital de la capital fue construido sobre unos estanques níveos.

Dicho elemento aparece en el nombre de la calle donde se encuentra el hospital, aunque el significado exacto nunca aparece referido o discutido en la serie, que comienza con el ingreso de una paciente espiritualista, Sigrid Drusse, quien oye el sonido de una chica llorando en el hueco del ascensor. Tras una investigación, Drusse descubre que la niña falleció décadas atrás, habiendo sido asesinada por su propio padre para ocultarla como hija ilegitima. Para hacer que su espíritu descanse, Drusse busca el cadáver de la pequeña, hallándolo finalmente en un frasco como espécimen en el despacho del responsable de patología del hospital, el profesor Palle Bondo.

Mientras, el neurocirujano Stig Helmer, un reciente designado al departamento y procedente de Suecia, trata de ocultar su responsabilidad en una operación chapucera que dejó a una muchacha en estado vegetativo. El patólogo, el doctor Bondo, intenta convencer a la familia de un hombre que padece hepatocarcinoma para que done su hígado al hospital para que se investigue (en realidad lo quiere como trofeo, pues es el segundo órgano infectado registrado de esa clase). Cuando su petición es denegada, Bondo consigue que el hígado canceroso le sea trasplantado a su propio cuerpo (el paciente había firmado un formulario de donación de órganos), para que el tumor se convirtiese en su propiedad personal y pueda conservarlo en el hospital.

                                                     





En otras tramas encontramos a un joven estudiante de medicina que se siente atraído por una enfermera al cargo del laboratorio de investigación del sueño, una ambulancia fantasmal que aparece y desaparece cada noche, un doctor novato que dirige un mercado de negro de material médico, y una neurocirujana que descubre que se quedó embarazada de un espectro y que el bebé que tiene en su útero está creciendo de forma rápida y anormal. La coletilla de la serie la suele pronunciar Stig Helmer, que viene a ser algo así como !Escoria danesa! Los nombres de los episodios llevaban títulos tan sugerentes como El anfitrión infernal, Que venga a nosotros el reino, Cuerpo extraño, El Muerto Viviente, Muerte en la mesa de operaciones, Aves de paso, Gargantua o Pandemonio.

Después de varios años no ha vuelto a reponerse y sólo en DVD es posible encontrarla, pero en inglés. La ambientación y la dirección son genuina marca Trier y por tanto es de obligado visionado para los que creen que ya lo han visto todo, pues estamos ante un terror médico épico con elementos sobrenaturales mágicos e inquietantes, todo con el toque innovador del premiado cineasta danés. Así que si os quedasteis con ganas de más tras Kingdom Hospital, echadle un vistazo a su inspiradora.


Puntuación: 8

                                                        

                                                       



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