Arma Letal 2 (1989)

                                    ¡ Vuelve la magia!


                                
Película buddy cop   de acción  dirigida por Richard Donner  y protagonizada por  Mel Gibson, Danny Glover, Joe Pesci, Patsy Kensit, Derrick O´Connor y Joss Ackland. Secuela de Arma letal (1987) y una de mis segundas partes favoritas  de cualquier saga conocida de éxito, como la de esta franquicia que tanto admiro. Gibson y Glover  repiten respectivamente sus papeles  de los agentes del departamento de policía de Los Ángeles, Martin Riggs y Roger Murtaugh, quienes protegen  a un  fastidioso  testigo federal (Pesci), a la vez que  van a por  una banda de  narcos  sudafricanos  que se ocultan  bajo la excusa de la inmunidad diplomática.

Un año después de los acontecimientos  de la primera entrega, los sargentos del departamento de policía de LA, Riggs y Murtaugh, están persiguiendo a  sospechosos no identificados  que transportan  un cargamento ilegal  de  Krugerrands dorados.  El gobierno  afrikáner  de la Sudáfrica del apartheid  ordena inmediatamente  al  cónsul de su servicio exterior en Los Ángeles, Arjen Rudd (Ackland) y al agente de seguridad  Pieter  Vorstedt (O´Connor) que alerten a ambos detectives  para que saquen sus narices  fuera de la investigación; los dos son reasignados  a proteger  a un  testigo federal  que les cae bastante gordo, Leo Getz (un sensacional Pesci), tras un ataque  en casa de Murtaugh.

Muy pronto  queda claro que ambos casos están relacionados: tras un intento  de acabar con la vida de Leo, Riggs y Murtaugh  descubren  el  turbio pasado de su antipático protegido  lavando dinero  para unos vengativos contrabandistas. Leo acaba  llevándolos hasta la banda, pero en el momento de  despachar a  su sospechoso de asesinato  y regresar  con pruebas, Rudd se les cruza en su camino de nuevo, apelando a  la inmunidad diplomática  contra  sus socios sin escrúpulos. Pese a recibir instrucciones para abandonar el caso, Riggs comienza  sin ningún reparo a  protestar  delante del consulado  sudafricano.

En su desafío personal contra Rudd, el poli loco inicia un romance  con la secretaria de este,  Rika  van den  Haas (Kensit), una afrikáner de mente abierta  que detesta a su jefe  y a la filosofía racial del tipo. Vorstedt decide eliminar  a todos los agentes enviados para  investigarlo  mientras Murtaugh  deduce que Rudd  intenta  mandar los fondos de  su comercio ilegal  en  los Estados Unidos  hasta Ciudad del Cabo desde  el puerto de Los Ángeles. Dos asesinos atacan  a Murtaugh en su casa, pero este los mata  tras una dura pelea  en la que Leo acaba secuestrado durante el proceso.

Tras asesinar a  varios  agentes que le investigaban, Vorstedt  pilla a  Riggs  en el apartamento de  van den Haas  y confiesa que  él fue el responsable  de la muerte de la  esposa de Martin  años atrás durante un frustrado intento de acabar  con Riggs. Logra ahogar a Rika, pero un vengativo Riggs  consigue escapar y telefonear a  Murtaugh, declarando  su intención de  perseguir a Rudd y vengar  a sus amigos caídos;  los otros policías renuncian voluntariamente  a sus placas para ayudar a su compañero. Después de rescatar a Leo y destruir la casa de Rudd, se dirigen  hacia el Alba Varden,  el carguero del villano atracado en el muelle angelino.

                                                   

Los sudafricanos  se preparan para su huida  con cientos  de millones  de dólares en droga. Mientras investigan  un cargamento guardado en un contenedor  de 12 metros en los muelles,  Riggs y Murtaugh  son hechos prisioneros por los hombres  de Rudd, pero logran salir de su cautiverio  dispersando dos  tarimas  del dinero en droga de este  por el puerto  en el proceso. El dúo  se enzarza  en  un tiroteo  con algunos de los secuaces del malo  a bordo del Alba Varden  antes de separarse  para dar caza a  Rudd.  

Riggs se enfrenta  en un duelo contra  Vorstedt mano a mano, culminando cuando  el poli apuñala  al lugarteniente  con su propio cuchillo  y luego lo aplasta  dejándole caer  encima suya un  contenedor. Rudd se venga  disparando a Riggs  en la espalda varias veces  con una antigua pistola Mauser C96. Ignorando su llamamiento a la inmunidad diplomática,  Murtaugh mata a Rudd  con un solo tiro  de su revólver, pasándoselo a Riggs  antes de echarse ambos a reír  mientras más personal del cuerpo  llega a la escena.

El productor Joel Silver  le pidió al guionista de la primera película, Shane Black,  que redactase un nuevo texto  para esta secuela  en primavera del  87, y este aceptó. Sin embargo,  la versión final del guion  fue escrita por Jeffrey  Boam, que usaba  para el rodaje definitivo  una trama completamente diferente  del borrador de Black, además de  la escena  en la que la  casa de los pilares es  destruida. Donner  dijo en una entrevista que  dirigió esta entrega  de forma que pudiera concluir  con dos finales diferentes editados, uno en el cual Riggs  muere  y otro en el que sobrevive.

Los cambios reescritos por Boam  para la película que finalmente resultó demostraron ser un acierto (no en vano este señor fue guionista de Indiana Jones  y la última cruzada o de  Jóvenes ocultos). De forma extraoficial,  el también guionista  Robert Mark Kamen dijo hace unos años en otra entrevista  que en la época que trabajaba para Warner  realizó alguna que otra labor de  añadidos  en el guion de esta y otras secuelas  de Arma letal

Originalmente, el personaje de  Rika  iba a sobrevivir, siendo su última escena  en la película  junto a Riggs  cenando en  el día de acción de gracias en casa  de los Murtaugh, pero el director decidió  matarla  para incrementar  la motivación de Riggs de querer acabar  con los narcos  sudafricanos.

Esta película supuso además el debut  de Leo Getz (Pesci), un chivato y deshonesto  contable  que es puesto en  custodia protectora  por Riggs y Murtaugh, y que hace que ambos detectives  tengan más dificultades  debido a su comportamiento neurótico.  Las escenas donde  Riggs y Rika son  emboscados por los helicópteros  de noche  en la playa  se filmaron en  el californiano  rancho Palos Verdes, donde en la actualidad existe un club de golf propiedad de Donald Trump, que llega hasta la zona de Palm Springs.

Aunque  incluye un  coche  reventado  lleno de Krugerrands, una casa en las colinas que vuela por los aires sin dejar pilar alguno en pie, y una bomba colocada  bajo un retrete,  el objetivo de Arma letal 2 es que Gibson y Glover  se muevan  a la carrera  en medio de todo ese caos  con sus locas interpretaciones. Si os gustó la primera, os encantará  esta segunda entrega,  es casi tan simple como eso. Y aunque es agradable  tener a un público numeroso  para una película de acción que ataca al  apartheid y a  la matanza de  mamíferos marinos, en vez de actuar  como un cartel de alistamiento para las fuerzas aéreas, grupos locales de vigilancia ciudadana o reabrir el debate de la guerra de Vietnam,  los sentimientos realmente no trascienden  más allá de las colisiones de los coches.

                                               

Arma letal 2 puede que  tenga el típico  argumento  poco consistente  para una  cinta de acción de tal factura,  pero su combinación de humor  y adrenalina, junto  con la química entre ambos protagonistas, hacen de esta entrega  una  entretenida y  juguetona  secuela.  Y como ya digo no es solo una cuestión personal el favoritismo hacia ella, también lo es para  Gibson, Glover y  Donner.


Puntuación: 7

                                                             

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