Esfera (1998)

                         


Ciencia ficción y suspense psicológico en esta película dirigida y producida por Barry Levinson, adaptada por Kurt Wimmer y protagonizada por Dustin Hoffman, Sharon Stone y Samuel L. Jackson. Basada en la novela homónima de Michael Crichton, la cinta toca temas como la vida extraterrestre o  el viaje a través del tiempo. 

Una astronave presuntamente de origen alienígena es descubierta  en el fondo del océano pacífico, ha estado allí  aproximadamente casi unos 300 años. Se reúne un equipo de expertos, incluyendo la bióloga marina Beth Halperin, el matemático Harry Adams, el astrofísico Ted Fielding, el psicólogo Norman Goodman y el capitán de la armada de EEUU Harold Barnes, que es llevado al Hábitat, un entorno habitable acuático de última generación localizado cerca de la astronave. 

               


Examinando la astronave, se muestran perplejos al enterarse  que no es alienígena del todo, sino más bien de origen estadounidense. Sin embargo, su tecnología sobrepasa mucho más cualquiera del presente. Los registros del ordenador de la nave  sugieren crípticamente que hubo una misión que se originó o en el pasado o en futuro distante, pero el equipo deduce que a la tripulación muerta hace tiempo se le asignó la tarea de recoger un artículo de importancia científica. 

Norman y Beth descubren los registros de la nave, con la última entrada anotando una "actividad desconocida". Una reconstrucción holográfica  de la actividad revela que dentro de cientos de años en el futuro, la nave se encontrará un agujero negro, que aparentemente conducirá a su aterrizaje forzoso en el océano, allá por el año 1700. Poco después, Norman y los otros se tropiezan con una enorme aunque perfecta esfera que sobrevuela la bodega de carga. No pueden hallar forma alguna de rastrear el interior de la esfera, ya que el fluido de la superficie parece ser impenetrable. En observación, Norman se da cuenta fatídicamente de que la esfera refleja todo en la habitación, excepto a ellos.

                      


Cuando regresan al Hábitat, Harry conjetura que todos en su equipo están destinados a morir. Harry se da cuenta de que el agujero negro es a lo que se referían como "actividad desconocida" en los registros futuros. Sin embargo, en el presente, tienen el conocimiento del acontecimiento histórico, aunque no puede explicarse después. Durante la noche, Harry regresa a la astronave  y puede entrar en la esfera. Norman sigue a Harry, hallándole inconsciente al lado de la esfera, devolviéndole al Hábitat. 

Al día siguiente, la tripulación descubre una serie de mensajes numéricamente codificados que aparecen en las pantallas de los ordenadores. La tripulación logra descifrarlos, y llega a creer que están hablando con "Jerry", una inteligencia alienígena de la esfera. Descubren que Jerry puede ver y oír todo lo que pasa en el Hábitat. 

                       


Un potente tifón golpea la superficie, y la tripulación del Hábitat es obligada a quedarse allí varios días más. Durante ese tiempo, una serie de tragedias golpean a la tripulación, incluyendo ataques muy agresivos de medusas y calamares gigantes, así como fallos de herramientas en la base que matan a Ted y al personal de apoyo del equipo. Los supervivientes, Beth, Harry y Norman, creen que Jerry es el responsable. Norman descubre que han malinterpretado los mensajes iniciales  de Jerry, y que la entidad que les habla  a través de los ordenadores es el propio Harry, transmitidos desde su mente  mientras está dormido. Norman y Beth acaban dándose cuenta de que cuando Harry entró en la esfera, este logró la capacidad  de hacer que cualquier cosa que imagine se haga realidad, concluyendo estos que todos los horrores que le han sucedido al Hábitat eran manifestaciones de los temores de Harry.

                      


Norman y Beth sedan a Harry con suficientes medicamentos para dormir para ponerlo en un sueño sin sueños, para evitar que este haga algún daño más. Sin embargo, cuando Norman es atacado por una serpiente, Beth se da cuenta de que Harry solo no ha podido ser el responsable de todo lo que ha pasado en el Hábitat, así que se enfrenta a Norman, acusándole de entrar en la esfera  cuando fue a rescatar a Harry. Las sospechas de Beth resultan ser correctas, pero tras experimentar  su propia visión catastrófica, le confiesa a Norman que ella también entró en la esfera. 

Cuando se les vuelve a unir Harry, los tres se dan cuenta de que la tripulación de la nave  debe haber entrado también en la esfera, y que acabaron matándose los unos a los otros tras volverse locos por sus temores. Bajo el estrés de la situación, Beth tiene pensamientos suicidas, lo que provoca la reactivación de unos mecanismos de detonación  en el almacén de explosivos, amenazando con destruir la base  y la astronave. Corren hasta el mini submarino del Hábitat, pero sus temores combinados provocan que reaparezcan de nuevo en la astronave. Como psicólogo, Norman puede ver a través de la ilusión. Impulsa el proceso de desacoplamiento del mini submarino, anulando los temores de los otros sobre la imposibilidad de escapar de la destrucción del Hábitat y de la astronave. La esfera queda intacta tras las explosiones.

                        


El mini submarino logra llegar a la superficie cuando las naves regresan. Cuando Beth, Harry y Norman comienzan de forma segura la descompresión, se dan cuenta de que serán interrogados y de que sus poderes nuevos serán descubiertos. Aceptan eliminar sus recuerdos de la actividad usando sus poderes, asegurándose que la paradoja de la  "actividad desconocida" se ha resuelto. La esfera asciende desde el océano y acelera hacia el espacio. 

Hoffman volvía a colaborar con Levinson, quien aprovechó para rodar en medio de un parón otra película más corriente que esta, La cortina de humo. Al ser también una producción de Warner, dejaron vía libre hasta que la retomaron luego. En un principio este proyecto lo iba a dirigir nada menos que Milos Forman, pero con Levinson al frente  el rodaje fue viento en popa. Con el ajuste por fechas, la película se retrasó. 

                        


Esfera presenta un reparto de primer nivel que trabaja con material de segunda fila, y es que esta historia que cuenta ya la hemos visto anteriormente en películas de ciencia ficción muy superiores a la presente. Parece ser que Levinson entró en guerra con el estudio y se marchó a otra parte para su siguiente trabajo, donde no se fue a tanta profundidad, si no que se quedó en terreno local. Y es que este intento de 20.000 leguas de viaje submarino con música de Elliot Goldenthal no queda muy redondo en manos del cineasta de Baltimore. 

Puntuación: 6

                    


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