Obi-Wan Kenobi (2022)
Miniserie de Disney+
de la saga Star Wars protagonizada por Ewan McGregor como Obi-Wan
Kenobi, recuperando su papel de las precuelas, una década después del episodio
tercero y con la misión de rescatar a
la secuestrada Leia (Vivien Lyra Blair) de las garras del Imperio Galáctico,
llevando a una confrontación con su antiguo aprendiz, Darth Vader (Hayden
Christensen). Esta serie derivada en
origen iba a ser una película con guion de Hossein Amini y dirigida por Stephen Daldry, pero se recicló
para televisión tras el fracaso en taquilla de Han Solo y se le pasó la batuta de dirección a Deborah Chow,
alguien que ya había trabajado para Lucasfilm. Joby Harold fue además contratado como autor- productor.
Producida por Kathleen Kennedy y Michelle Rejwan, el
resto del reparto incluye a Joel Edgerton, Bonnie Piesse, Jimmy Smits y James
Earl Jones, rodándose en video mosaico StageCraft en Los Ángeles y con música
de Natalie Holt, John Williams y William Ross. En total son seis episodios, con
McGregor sobresaliente, igual que las secuencias de acción, la música de
Williams, una narración muy centrada en los personajes y el peso emotivo. El aspecto negativo sería
el guion, que en una obra de ficción necesita que el espectador se fije en los
detalles, más cuando es de acción y ciencia ficción televisiva, en concreto de
una aventura espacial nacida de la mente de George Lucas. Destacar la
fotografía de Chung-hoon Chung.
Diez años después de lo ocurrido en el episodio tres,
en el que los Jedi fueron destruidos por la Orden 66 y el aprendiz de Kenobi ha
pasado a ser Darth Vader, el protagonista se ha ocultado en Tatooine, vigilando
a Luke Skywalker hasta que tiene que rescatar a Leia, secuestrada por el
Imperio. La premisa de Leia parece haber arreglado un agujero de guion con casi 45 años de antigüedad, y se debe a
la aportación en la trama de Stuart Beattie, así como a otra gente del equipo
de guionistas como Hannah Friedman o Andrew Stanton.
Parte I: Aparece Owen Lars, que no se lleva bien con
Kenobi, quien además ha perdido su conexión con la Fuerza y no puede
comunicarse con Qui-Gon Jinn. Por otro
lado, el Gran Inquisidor lidera un grupo que
va a secuestrar a Leia en Alderaan.
Parte II: El Gran Inquisidor es apuñalado por su
lugarteniente con un sable de luz
cuando se disponía a arrestar a Kenobi, mientras que Vader despierta dentro de su tanque de
regeneración.
Parte III: Obi-Wan
busca aliados mientras atrae la atención del Imperio, amenazando a
los lugareños.
Parte IV: Obi-Wan Kenobi trama una atrevida misión en
territorio enemigo.
Parte V: Vader reflexiona sobre el entrenamiento con sable de luz que
tuvo con Kenobi antes de las Guerras Clon.
Parte VI: Palpatine cuestiona los motivos y
lealtad de un sanado Vader en Mustafar,
ya que ha abandonado la búsqueda
de su antiguo maestro. En el desenlace,
el protagonista puede al fin conversar
con el espíritu de su mentor.
La galaxia muy muy lejana se ha ampliado en este
proyecto de Lucasfilm. Star Wars le
debía a Obi-Wan Kenobi su historia, justificando en parte la inversión
que en su día hizo Disney para conseguir la franquicia. McGregor interpreta aquí al personaje más en la línea de como lo hizo
en su momento Alec Guinness. Hay un joven Luke, el Gran Inquisidor y un nuevo
planeta. Según reveló la productora, Rejwan, la serie comienza con el jedi titular en un “momento traumático”. De alguna
manera, la rebelión si que ha sido televisada por primera vez en la saga. En 17
años se ha gestado el viaje personal para reunir a McGregor
y Christensen en la serie. Este último se hizo un maratón de las de
animación para recuperarse.
El Gran Inquisidor es un personaje que habla por sí
solo. En Star Wars los villanos por
definición suelen estar bastante bien construidos, y aquí como adversario de
Obi-Wan cumple su cometido. Es quien va
por Luke, lidera a otros inquisidores y todo ello en medio de múltiples
referencias a las precuelas, ya analizadas. En el quinto episodio, aviso, hay
que revisar el final de dicha trilogía por una buena razón, no perder el hilo
de la trama. En el reparto está la actriz Moses Ingram, que interpreta a la
inquisidora Reva, un personaje de esta nueva etapa de la saga que bien podría
haber surgido, por carácter, de la franquicia de Halloween, ya que parece un estereotipo de chica negra que no
termina de encajar del todo como rival de Kenobi, por no hablar de que su
ascenso dentro de la jerarquía de Tercera Hermana a Inquisidora está muy poco
desarrollado.
Ya que estamos con personajes cuya función no está del todo muy definida,
Kumail Nanjiani hace de un tipo llamado
Haja, una especie de estafador que realmente no aporta nada en la trama. No
ayuda a Obi-wan y está solo ahí para cumplir la cuota, algo muy habitual en las
producciones de la plataforma de Disney. Recuerdo que McGregor prometió que la serie satisfaría a los fans,
no como pasó con Boba Fett, que,
chúpate esa, era también otro proyecto reciclado de película a miniserie. Lo
único que Kenobi justifica finalmente
es que había que traer de vuelta a Christensen para redimirlo, toma castaña. Sí
se ha visto en versión original, se ha podido oír la voz de Vader genuina y con un tono tan
desgarrador como cualquier noticia que llega
acerca de Ucrania devastada por la guerra.
La
Venganza de los Sith fue el único episodio notable de las
precuelas, era fácil que lo fuera. Nos mostró fugazmente al Tío Owen joven y aquí al menos le da más tiempo en
pantalla y llama Ben al protagonista,
manteniendo algo de relación con la entrega original. Quiero insistir en su
visionado en versión original, pues la serie nos da a un personaje coprotagonista
único como Freck, al que presta su voz el inigualable Zach Braff. En la
conclusión, como no era menos, hay cameos importantes que ya se han revelado en
la definición de dicho capítulo, si bien se cortaron las escenas de Darth Maul
y Luke tuvo que ser reemplazado durante la renovación creativa que hubo de
pasar de película a serie este proyecto.
Por obra del propio McGregor, su hija Esther
Rose sí tiene cameo en el episodio 2, no hace de droide sino de traficante de
especias callejera. Volviendo a los derivados de Star Wars, era raro no ilusionarse con los anuncios de películas
tanto sobre el joven Han Solo como de
Boba Fett en solitario. Darth Vader
merecía también la suya, pero no todos estaban de acuerdo, así que tenía
que haber un largometraje sobre Obi-Wan Kenobi. Amini era una estupenda
elección, habiendo escrito para la serie El
Alienista y adaptando Drive a la gran pantalla. Una serie de Obi-Wan para Disney+ suponía
subir de categoría, realizar una trama que un buen director llevase a buen
puerto, rodar con el presupuesto de una gran película en Reino Unido con el
beneplácito de Lucas, encima en una localización importante como Belfast. Star Wars y McGregor volvían a cruzarse
y el actor quería regresar para
encarnar a Kenobi, aunque no fuera para un filme en solitario, pero al
menos con la ventaja de estar en lo alto y con Chow dirigiéndole. Aquí desde
luego la directora se centra
exclusivamente en él y no como en The
Mandalorian, donde Bebé Yoda es la sensación.
Con el parón obligatorio para que se escribiesen
nuevos guiones dentro de lo que supuso pasar de una película a una serie (es
decir, del texto original de Amini al material nuevo de Harold), el proyecto se
quedó fuera del plazo para poder estar en los premios de temporada, así como
también el cambio de localización de rodaje a Estados Unidos, descartando así
filmar en suelo británico. Además, así se sumaban los que volvían como Edgerton y los nuevos,
ya fueran Nanjiani o el secundario O´Shea Jackson Jr. Con ello, McGregor pudo
tener tiempo para regresar al papel tras haber terminado de rodar la serie
biográfica Halston para otra plataforma rival. A estas alturas de
carrera, el actor está donde quería desde sus inicios.
Revivir a Obi-Wan no era una tarea que requiriese
llegar al extremo, planteándose incluso haber hecho otra temporada más, aunque
la trama sólo sirva de puente entre una trilogía y el inicio de la siguiente,
pero quien sabe, todo puede suceder. La idea de expandir la miniserie a una
segunda temporada fue una sugerencia de Stanton, guionista entre otras de Toy Story
o Buscando a Nemo. Sería absurdo porque el foco central de la trama
se localiza en un tiempo de oscuridad en la galaxia que hace que extenderlo no
tenga mucha coherencia. Y es que Harold quedó aliviado porque, por ejemplo, lo
de Leia se mantuviese en secreto al
público o sí murió el Gran Inquisidor.
El responsable de la serie comentó que Darth Vader era
originalmente incluso más aterrador de lo que se vio, así que, con respetos a
Lucas, cambia el significado detrás de algo tan clásico en la saga como los diálogos
entre este y el protagonista, muy diferente a como ha sido finalmente pero
cercano a las novelas. La directora, Chow, dedicó mucho tiempo a elaborar las
escenas de lucha de sables de luz, especialmente en el episodio final, cuyo
tono vendría a compararse nada menos que con Joker o Logan. Otras
fuentes de inspiración serían westerns contemporáneos o el cine de Kurosawa. Y
volviendo a Darth Maul, realmente nunca hubo intención de que saliera y por eso
lo cortaron de la trama.
Pero el retorno de Darth Vader si estaba planeado por Chow y el equipo, con
Jones prestando de nuevo su voz en la versión original. Hay un enorme contraste
entre los asentados en la franquicia y las caras nuevas, pues los primeros hacen su trabajo notablemente y los nuevos pasan
sin más, como el personaje de Maya Erskine, una actriz que viene de una serie poco vista como es PEN15 y otros a los que se les ha dicho que digan lo que los fans
quieren escuchar sin que haya malentendidos. Aplicado al tema villanos, Vader
es toda la saga y los Inquisidores son sólo una parte, en este caso la serie
animada Rebels. Habría tenido otra
deriva el Gran Inquisidor si en imagen real lo hubiera encarnado Jason Isaacs
en vez de Rupert Friend.
Y de forma más fugaz, Liam Neeson regresa como Qui-Gon
Jinn a Star Wars sólo para poner el
broche a la serie sobre su alumno más aventajado. En lo que se refiere al
diseño de producción, los archivos del estudio decidieron actualizar el arsenal
para los Inquisidores y para el propio Jedi dotándolo de un toque más asiático.
La tecnología además es la misma que se usa en The Mandalorian y El Libro de
Boba Fett, el StageCraft, un mamotreto inventivo de última tecnología que
está cambiando el futuro del cine, ya que permite reproducir escenarios digitalmente en un único plató. El propio
McGregor ha reconocido asombrarse por ello ya que en otras producciones ha
rodado a la manera clásica con interiores y exteriores reales.
En el aspecto musical, Holt quiso acercarse a la
música original de forma que resultase
inolvidable, como el tema principal de Williams para el emblemático Jedi.
Recordar que ya en su momento el Maestro compuso esa genialidad que es Duelo de los Destinos, que en esta nueva
era sigue poniendo la piel de gallina. La presencia de Darth Vader es
concurrente y ahí desde luego se hace notar, tiene una melodía reconocible. Y a
pesar de todo, hay aún quienes afirman que Star
Wars ya no es lo que solía ser, pero luego es más bullicioso el
recibimiento de cada nueva producción que sale de la franquicia. Vale que ya no
está Harrison Ford, que Williams tiene ya una edad, que la nueva generación no
aprecia esta saga u otra del estudio como Indiana
Jones, pero sea como fuere la fuerza siempre
acompaña a sus personajes, como aquí con Obi-Wan.
Los dos primeros episodios de Kenobi se hicieron de esperar, pero vistos
seguidamente se hacen muy disfrutables. Posteriormente llega un capítulo muy
violento como es el de la Orden 66, aunque comparado con la realidad se queda
muy corto (en un país como EEUU donde hay masacres en escuelas de lugares que
se han quedado en otra época parece casi una simetría perversa). La emisión
semanal además beneficia, en contraposición al maratón en pocos días que
promulga la competidora principal de Disney+, Netflix, con su apuesta estrella,
Stranger Things. Si algo nos ha
recordado Top Gun: Maverick, es que
lo bien hecho hay que disfrutarlo con calma.
La conclusión de Obi-Wan
ha resultado ser más satisfactoria que la de Boba Fett, una sensación que en el MCU
reciente me ha pasado con respecto al final de Doctor Extraño 2, mejor que el de Eternals. Por no hablar de la revelación del año
para un servidor, la serie de Hulu The
Old Man, muy superior a otras ofertas. Este no será el Kenobi que algunos
espectadores buscaban, pero McGregor brinda una interpretación enternecedora y la
trama regala unos giros bastante originales, haciendo de esta serie una
incorporación agradable, aunque enrevesada, a la saga de Star Wars. Disney+ lo ha
sacado del desierto y le ha puesto a luchar en escenas genuinamente intrigantes,
agitadas como si el Jedi fuera John Wick.
El tratamiento oscuro de la
serie trata de ocultar el canon establecido de la saga de forma dispar, esforzándose demasiado en
ser otra variante, perdiendo fuerza en algunos momentos. Chirria especialmente
lo pésimamente escrito que está el personaje de Ingram, lo cual no exime de que
se la ataque cayendo en el racismo, porque ella como actriz no es demasiado
buena, pero basta para que un grupo de racistas respondan negativamente para
que se obvie que el papel no le hace justicia. Que se condene el horrendo
racismo siempre a favor, pero la actriz tiene que mejorar su actuación en
futuros proyectos.
Puntuación:
7
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