Andor (2022-)

 

                                           La rebelión comienza


                                                       


 

Serie limitada de televisión   de ciencia ficción y acción creada por Tony Gilroy para Disney+. Perteneciente a Star Wars, es precuela   de Rogue One y de la película original de la saga, siguiendo al espía de la Alianza Rebelde Cassian Andor durante los cinco años que van hasta los eventos de los dos mencionados largometrajes. Diego Luna viene acompañado por un reparto coral que incluye a Kyle Soller, Adria Arjona, Fiona Shaw, Stellan Skarsgard, Denise Gough, Genevieve O´Reilly, Faye Marsay y Varada Sethu. Lucasfilm contrató como guionista a Stephen Schiff, quien ha escrito capítulos de la estupenda The Americans, para poder desarrollarla durante la producción, interrumpida por culpa de la pandemia.

 

Rodada en Pinewood Studios (Londres, Reino Unido), los tres primeros episodios precedieron al resto en emisión semanal y sin ninguna duda, hay que elogiar lo bien escrita, dirigida e interpretada que está, con secuencias de acción emocionantes, una banda sonora evocadora (obra de Nicholas Britell, Succession) y un tono más maduro y tenebroso si lo comparamos   con proyectos anteriores de la franquicia, que carecían de drama. Tras la primera temporada se viene una segunda que ya concluirá la historia y dará paso a la película que presentó al protagonista, una adición al catálogo de la creación de George Lucas que expande algo que sólo se menciona de pasada en Una nueva esperanza.

 

El Imperio Galáctico provoca en esta entrega televisiva   de la saga que la Rebelión se organice de manera que lo visto anteriormente   tenga ahora mayor coherencia con las acciones de Andor. Gilroy planteó ceñirse a un plan de tres a cinco temporadas, que al final ha dejado condensado en dos. Por el momento han aparecido el Senado y Saw Gerrera, así como el comienzo de la revolución. Gough, uno de los nuevos rostros, interpreta un personaje cuyo arco aborda la política de género en la era Palpatine, mientras que se recupera de Rogue One al sargento rebelde Melshi, ya que no es hasta el episodio cuarto cuando Cassian se topa con los rebeldes. A todo esto, ya se sabe quienes dirigirán la segunda temporada.


                                                        


 

Originalmente iba a estar dirigiendo en esta primera temporada Rick Famuyiwa, pero como esta serie se desmarca de Mandalorian se contrató a directores británicos que pudieron filmar un total de seis semanas antes del parón obligado. Uno de ellos por ejemplo es Toby Haynes, quien ha estado trabajando en Black Mirror. Los otros dos son Susanna White (Generation Kill) y Benjamin Caron (Embaucadores). En su conjunto, la primera temporada es como un injurioso alegato contra el Imperio, pero entre líneas, es una crítica a tipos del mundo real como Trump y una exposición de la política identitaria, representada no sólo en el personaje de Gough, también en el de Arjona (6 en la sombra).

 

 Lástima que por el camino se haya caído Alan Tudyk, quien prestaba su voz en versión original a K-2SO, quien sabe si saldrá en la segunda temporada, a estrenar en 2024. Lo bueno es que el rodaje no ha dependido en exceso del StageCraft, se agradece, favoreciendo exteriores británicos, incluido el metro londinense o Escocia, que tiene paisajes preciosos. Los condenados espías   rebeldes entran en acción y suben la apuesta de la ficción galáctica en televisión, una opción sensata ante propuestas de fantasía un tanto peculiares, ya sea Los anillos de poder, cualquiera de Netflix que acaban canceladas al instante u otras películas directas a vídeo bajo demanda.


                                                          


 

Andor se enfrenta al Imperio sin trucos de magia   ni recurrir a truculencias y sin forzar mensaje. Es una aventura áspera contada desde una perspectiva callejera en las entrañas del régimen, una entrada excepcionalmente madura y con mucha política que enriquece el mito de la saga, sin duda mejor que lo precedente, salvando Mandalorian. Se agradece mucho este cambio radical del modelo típico en favor del esplendor   visual cinematográfico sin alardes.

 

                                                Puntuación: 8


                                              


 

 

 

 

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