Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres (2009).
La
chica del dragón tatuado
Hace
unos meses que analicé por última vez una película sueca y de
nuevo retomo un título de esta nacionalidad,del que quizás muchos
conozcan mejor por su versión que en 2012 hizo para el público
de habla inglesa David Fincher. La cinta en cuestión es una de las más recientes
historias con las que la filmografía de Suecia ha querido abrirse paso
en el competitivo mercado internacional, y lo ha hecho con una trama atrevida y no exenta de controversia. A simple vista parece
un drama,pero en su interior guarda un malsano relato de suspense
que se basa en la novela del mismo título que escribiese el difunto
Stieg Larsson,el autor más conocido de su país por su estilo
periodístico lleno de detalles concisos.
El
libro es el primero de una trilogía conocida como la saga
Millennium, publicada hace más de una década en el país nórdico y
que luego ha sido vendida a 25 países más fuera de Escandinavia,
coincidiendo con el estreno de la primera película, que hasta la
fecha han visto más de 6 millones de espectadores en los países
donde se exhibió. Dirigida por el danés Niels Arden Oplev, el
filme lo protagonizan Michael Nyqvist y Noomi Rapace, con un guion
adaptado por el también danés Nikolaj Arcel. Es una producción
conjunta de las compañías Alliance Films (hoy parte de la
canadiense Entertainment One) y la danesa Nordisk Film.
En
diciembre de 2002, Mikael Blomkvist (Nyqvist), editor de la
revista Millennium, pierde un caso por difamación que
involucraba alegaciones que publicó acerca de un financiero
multimillonario llamado Hans- Erik Wennerström (Stefan Sauk).
Por tanto es sentenciado a tres meses de prisión y a pagar una
considerable multa. Lisbeth Salander (Rapace y Tehilla Blad de
joven) es una magnífica pero moralmente destrozada agente de
seguridad y hacker informática que es contratada por Henrik Vanger
(Sven-Bertil Taube), el patriarca de la pudiente familia
Vanger, para que investigue a Blomkvist.
Luego
Vanger solicita los servicios del protagonista para que averigüe
la desaparición de su sobrina Harriet (Ewa Fröling), quien
se esfumó el Día del Niño en 1966. Vanger sospecha que Harriet
fue asesinada por un miembro de su familia. Salander, que fue
decretada en competencia por derecho siendo niña (inestable
mentalmente), le es asignada un nuevo curador, Nils Bjurman
(Peter Andersson), después de que su antecesor sufriese una
apoplejía. Bjurman es un trastornado sádico sexual que obliga a
Salander a que le haga una felación a cambio del dinero que esta
necesita para comprar un ordenador nuevo. Él por supuesto retiene
toda la cantidad que ella le ha solicitado.
En
su siguiente reunión con Bjurman,este la golpea y la viola, pero
habiendo usado una cámara oculta para grabar al tipo abusando de
ella, Salander regresa para cumplir su venganza, torturando y
amenazando al individuo con arruinarle su reputación, a no ser que
le dé el control absoluto de su vida y sus finanzas. Entonces es
cuando utiliza una aguja de tatuar para grabar en el abdomen de
Bjurman el siguiente mensaje: “Soy un cerdo sádico y
violador”. Blomkvist se muda a una cabaña en la finca de
Vanger y conoce al resto de la familia, incluyendo al hermano de
Harriet, Martin (Peter Haber) y a su prima Cecilia (Marika
Lagercrantz).
En
el interior del diario personal de Harriet, el protagonista
encuentra una lista de cinco nombres junto a lo que podrían ser
números telefónicos. Es entonces cuando visita a un inspector de
policía jubilado llamado Gustav Morell (Björn Granath),
quien le informa de que su equipo de investigación ha sido incapaz
de descifrar dicha página. Tras examinar varias fotos antiguas del
día de autos, Blomkvist percibe algo extraño en el rostro de la
pequeña que demostrarían que en ese preciso instante pudo verle
el rostro a su verdugo. Valiéndose de su acceso directo al
ordenador de Blomkvist, Salander descubre que los números del
diario de Harriet son referencias a versículos del Levítico,
poniéndose de inmediato en contacto con su socio de forma anónima.
Blomkvist
acaba sabiendo que Salander le envió el correo electrónico y la
recluta como su ayudante para la investigación. Al cotejar entre
los dos los nombres de la lista dan con el hecho de que son mujeres
asesinadas y que sus nombres son de origen judío. Esto intriga a
Blomkvist, pues la familia Vanger tiene un largo historial de
antisemitismo. Más tarde Martin se prepara, ya una vez descubierto
el secreto, para ahorcar a Blomkvist, pero justo en ese instante
aparece Salander y ataca a Martin con un palo de golf y a
continuación le persigue montada en su motocicleta.
Blomkvist
y Salander descubren por último que Harriet ha estado utilizando la
identidad de su difunta hermana Anita y que sigue viva en alguna
parte de Australia. Además, se resuelve el contencioso con
Wennerström, quien tenía una cuenta bancaria en un paraíso
fiscal de las Islas Caimán y que ha terminado custodiado por la
policía tras una redada. Las fuerzas de la justicia sospechan de una
joven que ha sido captada a través de un circuito cerrado de
televisión y a la que Blomkvist identifica como Salander
disfrazada.
Su
violencia gráfica y su duración (153 minutos) puede
resultar demasiada carga para el espectador, pero se compensa por la
fascinante interpretación de Noomi Rapace, por lo que esta primera
entrega de Millennium es una experiencia inolvidable tras su
visionado. Estamos ante un thriller persuasivo desde el inicio que
añade la extraña calidad de tener una heroína más fascinante que
la propia historia, por momentos muy influenciada por sus homólogas
norteamericanas.
Fue
cuestión de tiempo que la francesa Canal + emitiese toda la
trilogía de Millennium en formato de mini serie para TV,
extendiendo las versiones cinematográficas en seis partes de 90
minutos antes de estrenar la segunda y tercera parte, y considerando
que hay muchos abonados a la plataforma, esta versión obtuvo igual
éxito que las películas originales.
Puntuación:
7,5
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