No digas nada (2024)

                                                                         


Serie limitada producida por FX para Hulu, basada en el libro homónimo de Patrick Radden Keefe, donde se retrata vívidamente los disturbios  de Irlanda del Norte. Pese a ser una producción estadounidense, el reparto es británico e irlandés y se ha rodado en el lugar que ambienta, Belfast (con Liverpool y Sheffield transformadas en las calles del resto del Ulster). Un conflicto tan acentuado históricamente se convierte en una miniserie notable con la que Disney demuestra que su fuerte ahora es la ficción adulta, mostrando a  cuatro generaciones  que lucharon en el frente norirlandés. Si hay que ver una ficción histórica de actualidad, conviene no perderse esta. 

La serie sigue las vidas de la gente que creció en Belfast en los 70, 80 y 90, durante el conflicto norirlandés, así también como su implicación en el Ejército Republicano Irlandés Provisional, y las investigaciones sobre las desapariciones de personas, como la que condujo al asesinato de Jean McConville. Entrevistas del proyecto Belfast  son también incluidas, así como recreaciones del bombardeo al Old Bailey de 1973 y la posterior huelga de hambre en prisión  de las hermanas Price, Dolours y Marian. Una emotiva y empática evaluación de aquellos disturbios, con el sobrecogedor secuestro de por medio, una desaparición adaptada con mucho suspense.  

Un magnífico drama  que capta tanto la tragedia de Jean McConville como la intriga del conflicto, potente, ambicioso y un poco demasiado disperso para  un periodo muy amplio  como para contenerlo en menos de diez episodios (9 en total).  Y es que Marian Price ha negado haber participado en el asesinato de McConville, hasta el punto de demandar a la plataforma por la escena en la que se acusa de haber perpetrado el crimen. 

                                                     


Podría estar hablando de Yellowstone, la obra maestra de Taylor Sheridan, pero no me ha enganchado tanto como esta miniserie, que demuestra mucho más poderío por su ambigüedad moral y política, y es que No digas nada  es una representación evocadora del conflicto norirlandés, persuasiva pero fatalmente plagada con fallos puntuales al informar acerca de aquellos disturbios. Esa deriva documental  de uno de los crímenes más infames  durante el periodo  es lo que ha llevado a Marian Price a demandar a Disney+ por la escena que recrea el presunto asesinato, bastante controvertida pese a que la  susodicha es una  veterana republicana  del IRA, quienes se consideraban como los salvadores de la causa  nacionalista irlandesa y no  unos terroristas sin escrúpulos. 

Puntuación: 8

                                 





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