El señor de los anillos: La comunidad del anillo (2001)

 

                                                            

Filme épico fantástico de aventuras dirigido por Peter Jackson a partir de un guion suyo escrito junto a Fran Walsh y Philippa Boyens, basado en el primer volumen de la novela de Tolkien publicado en 1954 y por tanto primera entrega  de la trilogía cinematográfica, con un reparto coral que incluye a Elijah Wood, Ian McKellen, Liv Tyler, Viggo Mortensen, Sean Astin, Cate Blanchett, John Rhys-Davies, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, Christopher Lee , Hugo Weaving, Sean Bean, Ian Holm y Andy Serkis.

 

Ambientada en la Tierra Media, la historia presenta al Señor Oscuro Sauron, quien busca el Anillo único, que contiene parte de su poder, para regresar al mismo. El Anillo se ha cruzado en el camino del joven hobbit Frodo Bolsón, por lo que el sino de la Tierra Media pende de un hilo según Frodo y sus ocho compañeros (quienes forman la comunidad del anillo titular) comienzan   su viaje al Monte del Destino en la tierra de Mordor, el único lugar donde el Anillo puede ser destruido.

 

Producida por New Line Cinema, se rodó íntegramente en Nueva Zelanda, tierra natal de Jackson, como sucedería con las entregas restantes. Es de estas producciones internacionales en las que la crítica y los fans están de acuerdo con su resultado final, considerándola ambas partes un punto de referencia en el cine y un logro para el género fantástico gracias a sus efectos visuales, actuaciones, dirección, guion, banda sonora y fidelidad al material original, la citada fuente literaria. Sin duda una de las mejores películas de su época, ganadora de cuatro Oscar, aunque no logró el de mejor filme.


                                                     


 

En la Segunda Edad   de la Tierra Media, a los señores de los elfos, enanos y   hombres se les dan los Anillos de Poder. Sin que lo sepan, Sauron   forja el Anillo único en el Monte del Destino, vertiendo en él gran parte de su poder para dominar a los otros y conseguir así la conquista total del territorio. Una alianza definitiva   entre hombres y elfos combate a las fuerzas de Sauron en Mordor. Isildur   de Gondor le corta el dedo al tirano donde porta el Anillo, venciéndole y devolviéndole   a su forma espiritual.  Con esa primera derrota, comienza la Tercera Edad, pero la influencia del Anillo corrompe al líder, quien se lo queda hasta ser asesinado por los orcos.

El Anillo se pierde en un río durante 2.500 años hasta que es hallado por Gollum, quien se lo queda por cuatro siglos y medio para otra vez abandonarlo   y ser encontrado luego por un hobbit llamado Bilbo Bolsón, quien desconoce su historia. Sesenta años después, este celebra su   111 cumpleaños en la Comarca, reuniéndose con su viejo amigo, el mago Gandalf. Partiendo del lugar para una última aventura, deja toda su herencia, incluyendo el Anillo, a su sobrino Frodo. Cuando Gandalf lo investiga, descubre su verdadera naturaleza y se entera de que Gollum  fue capturado y torturado por los orcos de Sauron, revelando dos  palabras durante su interrogatorio: “Comarca” y  “Bolsón”.

 

Gandalf regresa y advierte a Frodo de que debe marcharse de la Comarca, lo cual hace junto a su amigo, el jardinero Samsagaz Gamyi, mientras el mago cabalga a Isengard para reunirse con su colega Saruman, pero allí descubre su alianza con Sauron, quien ha enviado   a sus nueve sirvientes muertos vivientes, los Nazgûl, para dar con Frodo.  A este y a Sam se les unen sus colegas hobbits Merry y Pippin, evitando así a los perseguidores antes de llegar a Bree, donde se supone que deben quedar con Gandalf, aunque este nunca llega por haber sido apresado por Saruman. Los hobbits son entonces ayudados por un montaraz llamado Aragorn, quien promete escoltarlos hasta Rivendel. No obstante, son emboscados por los Nazgûl , cuyo jefe apuñala a Frodo.


                                                            


 

Arwen ,  la   elfo a la que el montaraz ama, le localiza y rescata a Frodo, provocando una crecida en un río que barre a los Nazgûl. Esta se los lleva hasta Rivendel, donde son curados por los elfos   y donde por fin Frodo se reúne con Gandalf, quien ha escapado de Isengard   montado en un    gran águila. Esa noche, el montaraz queda con Arwen, reafirmando el amor mutuo que se profesan. Afrontando la amenaza tanto de Sauron como de Saruman, el padre de Arwen, Elrond, decide oponerse a guardar el Anillo en Rivendel, convocando un consejo   de elfos, hombres y enanos   al que asisten igualmente   Frodo y Gandalf, donde se decide que el Anillo debe ser destruido en las llamas   del Monte del Destino.

 

Frodo se presenta voluntario para llevar el Anillo, acompañado por Gandalf,   Sam, Merry, Pippin, el elfo Legolas,  el enano Gimli, el montaraz y Boromir. Aragorn revela ser el heredero de Isildur y por tanto el legítimo rey de Gondor. Bilbo, que ahora vive en Rivendel, le da a Frodo su espada y una cota de malla hecha de mithrill. La comunidad del anillo parte para Rohan, pero descubre que son vigilados por espías de Saruman, por lo que en su lugar   se dirigen al paso montañoso de Caradhras, donde Saruman provoca una tormenta que les obliga a viajar a través de las minas de Moria. Tras hallar allí a los elfos muertos, la comunidad es atacada por orcos y por un trol de cueva. Logran frenarlos, pero se ven rodeados por un Balrog que mora el lugar. Mientras los otros escapan, Gandalf   lo ahuyenta y lo lanza hacia un extenso abismo, pero la criatura lo arrastra hasta las profundidades con él.


                                                            


 

La desolada comunidad alcanza Lórien, gobernada por la reina elfo Galadriel, quien informa secretamente a Frodo que sólo él puede completar la misión y que uno de sus amigos   en la comunidad   tratará de arrebatarle el Anillo. Mientras, Saruman crea un ejército de Uruk-hai en Isengard para hallar y acabar con la comunidad. Esta viaja por el río hasta Gondor, donde Frodo vaga y es encarado por Boromir, quien trata de llevar el Anillo   tal como predijo Galadriel. Los exploradores Uruk-hai emboscan a la comunidad   y su líder, Lurtz, hiere letalmente a Boromir cuando fracasa al evitar que hagan prisioneros a Merry y Pippin. Aragorn llega y mata a Lurtz   antes de consolar a un moribundo Boromir, prometiendo ayudar   a la gente de Gondor en el conflicto venidero.

 

Temiendo que el Anillo corromperá a los demás, Frodo decide   viajar en solitario a Mordor, pero deja que Sam le acompañe, recordando su promesa a Gandalf de cuidarlo. Por su parte, Aragorn, Legolas y Gimli parten al rescate   de Merry y Pippin, con Frodo y Sam descendiendo   el paso montañoso de Emyn Muil   en ruta a Mordor.


                                                           


 

A toro pasado es muy fácil decir que Jackson hizo de este clásico literario una adaptación   deslumbrante y perfecta, ya que a priori reunir tal reparto que integra la comunidad titular   se antojaba una odisea que requería de un hábil maestro de ceremonias. Dar con Frodo para tres películas supuso por ejemplo descartar nada menos que a Jake Gyllenhaal, mientras que para el mago no se pudo contar con un Patrick McGoohan cuya delicada salud le hizo sucumbir antes del rodaje, falleciendo. Otro que rechazó ser Gandalf fue Christopher Plummer, mientras que Daniel Day-Lewis hizo lo propio con el de Aragorn, el humano de la Tierra Media. Tyler se hizo con el papel de Arwen, no así Lucy Lawless con el de Galadriel.


                                                   


 

Para llevar el   libro a la pantalla, el equipo tuvo que analizar minuciosamente toda la correspondencia dejada por Tolkien a su muerte, de forma que así   se incluyese todo el   material   pero con el estilo refrenado de Hollywood. La parte de las minas de Moria, por ejemplo, muestran la expectación y el allanamiento que los guionistas sometieron en la adaptación de como lo narra el autor a su traslado visual, condensado en cuanto a   descripción de lugares e inclusión de personajes. Dicha interpretación del diseño de la Tierra Media requería hacer grande en proporción hasta las miniaturas de las estructuras para encajar en los exteriores naturales de Nueva Zelanda.


                                                     


 

Dentro de los nombres que se plantearon para apartados artísticos, el de la música hoy día resulta emotivo al saberse que el tristemente desaparecido James Horner iba a componer la banda sonora, lo cual hubiera cambiado bastante la percepción que se tiene del mundo de Tolkien en esta adaptación de la trilogía del anillo con otro tono. Sea como fuere, repleta de efectos especiales deslumbrantes y con un reparto casi perfecto, esta primera entrega de El Señor de los Anillos   tiene más vida   que nunca cuando ya es un clásico con el paso de las décadas, con una Tierra Media encantadora a la par que violenta, el inicio de un viaje para la  comunidad  que podría ser el equivalente anglosajón de Tigre y Dragón.

 

Puntuación: 8,5


                                       


 

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