Batman vuelve (1992).
El
murciélago, la gata y el pingüino.
He
decidido volver a las películas de superhéroes y nada mejor que la
aquí dirigida y producida por Tim Burton ahora que DC ha vuelto a
traernos al señor de la noche más famoso de los cómics, nuestro
admirado Batman. Era esta la segunda vez que Warner Bros (junto a
Polygram), con la excusa de que empezaban los noventa, continuase
la saga original que comenzase en 1989 y con Michael Keaton
retomando el papel principal de Bruce Wayne y su alter ego el
caballero oscuro. Esta película presenta nuevos personajes, como el
de Max Shreck (Christopher Walken), un magnate y empresario
que se alía con el Pingüino (Danny DeVito) para controlar
la ciudad de Gotham. También conocemos a Catwoman (Michelle
Pfeiffer).
En
principio Burton no quiso dirigir otra cinta de Batman debido a las
sensaciones contradictorias que tuvo con respecto al anterior
largometraje. El guion fue escrito por Daniel Waters, autor del texto de El gran Halcón,
aunque Wesley Strick (El cabo del miedo, Análisis final)
hizo algunas reescrituras y se encargó de eliminar a otros
personajes previstos como Harvey Dent (Dos Caras) o Robin,
así como cambiar el clímax. Annette Bening fue considerada para el
papel de Catwoman mucho antes que Pfeiffer,pero lo tuvo que rechazar
debido a que se quedó embarazada. Esta secuela fue candidata a dos
Oscar, mejores efectos visuales y mejor maquillaje, con iguales
categorías en sus homólogos británicos. Burton se vería luego
reducido a productor para la tercera película, Batman Forever,
ocasionando que Keaton dejase vacante la capa del murciélago creado
por Bob Kane tras la llegada de Joel Schumacher.
Tucker
(Paul Reubens) y Esther Cobblepot, un matrimonio de
aristócratas, arrojan a su recién nacido deforme a un río, pues
piensan que la alta sociedad de Gotham no aceptaría semejante
aberración humana que con poco tiempo de vida ya ha atacado a la
mascota de la casa, un pobre gato. 33 años más tarde, ese niño se
ha convertido en el Pingüino (DeVito) y además en el jefe
de pista de la banda del Circo Triángulo Rojo, que se ha dejado
ver por Gotham durante la ceremonia anual del alumbrado navideño
sobre el abeto, todo para causar disturbios que son sofocados por la
policía y por Batman (Keaton).
Uno
de los invitados a la ceremonia, un prominente empresario llamado
Max Shreck (Walken), es secuestrado y conducido hasta el
Pingüino, quien desea ser ciudadano de Gotham y por eso
chantajea a Shreck ofreciéndole ayuda mediante amenaza de revelar
sus delitos empresariales. Mientras, la secretaria de Shreck,
Selina Kyle (Pfeiffer) halla accidentalmente que la central
eléctrica que su jefe quiere construir podría dejar de abastecer
la corriente de toda Gotham. Selina vuelve a casa y sufre una crisis
nerviosa que la lleva a diseñar un traje de gata en vinilo negro
para transformarse en una villana enmascarada conocida como
Catwoman.
Las
ventajas de ser ahora una gata le permiten a Selina sobrevivir a
todo tipo de amenazas como por ejemplo disparos, haciendo con ello la
cuenta de todas las nueve vidas que ha dejado atrás, y por eso una
vez que Shreck se ha quedado sin munición, le coloca una pistola
eléctrica entre sus labios mientras agarra un cable pelado y acaba
con su jefe. Finalmente, Alfred (Michael Gough) conduce a
Bruce hasta su hogar, pero Wayne percibe la sombra de Catwoman en
un callejón y hace que el coche pare para comprobar si es cierto o
alucina. Mientras dejan el lugar, la Bat-señal se ilumina en el
cielo nocturno al mismo tiempo que Catwoman, con su traje de nuevo
cosido, observa desde lejos.
No
sé si os habréis dado cuenta que el nombre del personaje de Walken
es un homenaje a Max Schreck, el actor que encarnó al Conde Orlok
en Nosferatu el vampiro, el clásico de Murnau. Por otro
lado, Reubens ya había trabajado para Burton en su debut como
director en la hoy casi olvidada La gran aventura de Pee-wee,
haciendo aquí al principio de padre del Pingüino. Batman
había sido el gran éxito en cines de 1989, así que la Warner
esperaba sacar una secuela en los noventa y rodar en los estudios
Pinewood. Burton estaba emocionalmente tocado por la anterior y solamente dirigiría si había algo nuevo y emocionante que contar
dentro de la franquicia, dado que la experiencia fue agotadora y le
dejó casi perplejo. Entretanto lo que hizo fue dirigir Eduardo
Manostijeras para 20th Century Fox.
Kane
entró para asesorar al equipo como padre de la criatura durante el
desarrollo de la producción, en la cual le enseñaron una primera
versión de guion que mostraba a Pingüino y Catwoman a la búsqueda
de un tesoro oculto. Claro que nuestro director resultó más
impresionado por la labor de Waters en Escuela de jóvenes
asesinos, la comedia adolescente de humor negro ambientada en un
instituto en la que la sátira hace honor a su nombre al tratar sin
tapujos temas como el acoso escolar y la venganza de los sufridores
contra sus violentos abusones. Waters fue el candidato principal en
su momento para redactar una secuela de Bitelchús.
La
trama secundaria del Pingüino presentándose a alcalde venía de la
serie de TV de los 60, en la que Batman se enfrentaba numerosas
veces contra este, entonces encarnado por Burgess Meredith. Dos
Caras aparecía en los primeros borradores, pero fue eliminado
previamente por Strick, a quien sugería el estudio que el plan del
villano de turno fuese congelar toda Gotham, algo que ocurriría como punto argumental más tarde en Batman y Robin. La
principal inspiración le vino a través de la figura histórica de
Moisés, marcando un paralelismo por el cual el Pingüino mataría
a todos los recién nacidos de Gotham.
Robin
también aparecía en las páginas de su guion, pero fue
descartado por Waters al notar que la película ya contaba con
muchos personajes y que aparte no había sitio para él dentro del
Batmovil, por lo que habría que esperar a la tercera entrega,
Batman Forever, para que esto sucediese. De hecho, Marlon Wayans
fue contratado y reclutado para esta secuela, pero quedó en nada.
Keaton regresó después de que se le aumentase considerablemente su
sueldo hasta los 10 millones de $. Bening firmó para ser Catwoman
tras verla Burton actuar en Los timadores, pero tuvo que
dejarlo por su embarazo.
Las
candidatas a enfundarse el traje de gata seguían apareciendo:
Raquel Welch, Jennifer Jason Leigh, Madonna (¿os la imagináis?),
Ellen Barkin,Cher,Bridget Fonda,Lorraine Bracco,Jennifer Beals y
hasta Susan Sarandon compitieron por el papel. Sean Young, quien
fue originalmente escogida para ser Vicki Vale en la anterior
película, creyó que este rol debía haber sido para ella. El
director desconocía por completo la trayectoria de Pfeiffer hasta
entonces, pero se convenció de que era su idónea tras una primera
reunión, por lo que se preparó a fondo, llegando incluso a entrenar
para aprender kick boxing. Kathy Long, campeona mundial de esta
disciplina de arte marcial, actuó como su doble. Sobre la elección
de DeVito, sólo puedo decir que nació para ser el Pingüino de
Gotham.
Ya
en plena filmación, los grupos pro derechos de los animales
empezaron a protestar por la película al darse cuenta que los
pingüinos africanos reales llevarían cohetes atados a sus
espaldas. El comisario artístico encargado de los pingüinos explicó
que Warner facilitaba a que en todo momento estas aves estuvieran
cómodas y no sufriesen. El secretismo de rodaje era también muy
estricto y no dejaban pasar a nadie a plató, ni siquiera a una
celebridad como Kevin Costner, con otro caso más inusual como fue la
intervención de un detective privado contratado por el estudio
para dar con los reporteros de una revista de entretenimiento que
tomó las primeras fotos filtradas del villano. La escena de la
Bat-señal se añadió en posproducción porque no formaba parte del
guion técnico durante el diseño de producción.
Gotham
lució esta vez una mezcla de arquitectura fascista con
construcciones como las que se ven en cualquier exposición universal
. También hay mucha influencia de la arquitectura de
Rusia y del cine expresionista alemán. Se usó una doncella de
hierro como puerta de entrada a la Batcueva para el protagonista.
Stan Winston creó el atuendo facial de DeVito, que tardaba dos
horas en aplicarse, incluyendo una base de enjuague bucal combinada
con colorante alimentario para la baba que le salía de su boca. Se
confeccionaron alrededor de 60 indumentarias felinas durante seis
meses al precio individual de 1.000 $. El Bat-traje fue actualizado
con un diseño más ligero y flexible de spándex que el del primer
Batman.
En
la música, Danny Elfman estaba gratamente entusiasmado por
regresar porque aún tenía que demostrar muchas cosas que le
quedaron pendientes de la primera película, por lo que se mostró
escéptico sobre si superaría el listón. Su contribución al mundo
del cine es casi tan importante como la de los clásicos a la ópera,
si bien su relación profesional con el director estaba algo tensa y
tras componer en Pesadilla antes de Navidad sería Howard
Shore el que pondría la partitura de Ed Wood. Siouxsie and
the Banshees interpretaron un tema exclusivo escrito para la
película.
El
estilo visual de Burton y la banda sonora de Elfman siguen siendo
admirables, así como el buen ojo eligiendo a los secundarios
Pfeiffer, DeVito y Walken como complementarios a la segunda
encarnación de Keaton como Batman, siendo quizás el mayor lastre el
persistente tono tenebroso y violento, que deja algo más
ambivalente las buenas perspectivas de la cinta. Burton creó un
retorcido mundo de inadaptados reproducido con una mezcla de
terror, compasión y jocosidad que pasó a ser el sello de este
director. Keaton además mostró una apropiada seriedad para la
situación, mientras que DeVito aportó el brío expresivo.
El
guion de Waters es de lejos el más agudo de toda la saga y ello se
nota en la elegancia del personaje de Walken, un truhán
aparentemente amable, y en la gata de Pfeiffer, cautivadora, fiera y
muy seductora, una vengadora femenina con un núcleo duro de
inteligencia y humor deslumbrante. Burton aprovechó bien todos sus
recursos creativos para traer al público sus sueños más oscuros
convenientemente liberados, ya que no solo recrea lo visto en el
Joker de Jack Nicholson, sino que además eleva esa ambientación
única un par de escalones, con un Pingüino mutante que juega a
ser Ricardo III con globos de circo o bien el fantasma de la ópera
rodeado de sus congéneres venidos del Polo Sur.
Las
tinieblas que Kane le dotó a su creación a finales de los años 30
están aquí más presentes que nunca gracias a las contribuciones
técnicas de Winston y la cautivadora música de Elfman, lo que para
muchos otros resultaría chocante al unir superhéroes con cine
negro. Nicholson dejó el listón muy alto pero eso no quiere decir
que DeVito palidezca como su sustituto, pues su caracterización
vendría a ser un eco de las que creó en su momento Matt Wagner para
el villano en su andadura por DC, pasando de ser un asesino en masa a
uno más propio de película infantil.
Puntuación:
7
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